jueves, 23 octubre 2025

Colliers se suma a la fiebre de centros de datos en España a través de leasing

España se ha convertido en un territorio estratégico para el desarrollo de centros de datos. La creciente digitalización de empresas, la expansión de servicios en la nube y la demanda de infraestructuras de alto rendimiento han generado un auténtico boom en el sector. En este contexto, la consultora Colliers ha anunciado el lanzamiento de un servicio de leasing de centros de datos en la Península Ibérica, ampliando su presencia en un mercado que considera clave para la economía digital.

El nuevo servicio de Colliers pretende conectar la demanda actual y futura de infraestructura digital con operadores que gestionan o desarrollan centros de datos en España y Portugal. La propuesta de la consultora se centra en ofrecer «asesoramiento con visión estratégica, que ayuda a futuros tenants —empresas y organizaciones— a posicionar su infraestructura digital sin fricciones, optimizando el time-to-market y la capacidad IT, uniendo el mejor esquema contractual con las necesidades de eficiencia energética y las ubicaciones más estratégicas», según explica José María Guilleuma, director del área de Data Centers en Colliers.

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El auge de los centros de datos en España no es casual. La localización geográfica, la estabilidad política y el creciente ecosistema tecnológico han atraído inversiones de grandes actores internacionales.

Además, el desarrollo de energías renovables y la disponibilidad de conectividad de alta velocidad han hecho que la Península Ibérica sea una opción cada vez más competitiva frente a otros mercados europeos. Madrid, Barcelona y, más recientemente, ciudades como Málaga o Sevilla se perfilan como nodos estratégicos para la instalación de estas infraestructuras.

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Colliers se ha lanzado al sector de los centros de datos. Foto: EP.

Colliers ha complementado su oferta con una herramienta propia que permite visualizar la disponibilidad de espacio en centros de datos, desde salas privadas hasta megacentros capaces de soportar servicios de Inteligencia Artificial. La empresa afirma que este enfoque busca «reforzar su compromiso con la innovación en el sector inmobiliario y entregar valor a sus clientes», en palabras de Gonzalo Martín, Head of Data Centres Capital Markets para EMEA.

No obstante, este crecimiento vertiginoso también plantea desafíos y riesgos que no deben pasarse por alto. La demanda energética de los centros de datos es significativa; un solo megacentro puede consumir tanta electricidad como una pequeña ciudad. Esto genera presión sobre las redes eléctricas locales y plantea interrogantes sobre sostenibilidad, especialmente en zonas donde la capacidad de energías renovables todavía es limitada.

Además, la concentración de infraestructura crítica en determinadas áreas aumenta la vulnerabilidad frente a ciberataques o interrupciones del servicio, un riesgo que afecta tanto a empresas como a ciudadanos. El mercado también enfrenta retos regulatorios y financieros.

La rápida proliferación de centros de datos requiere normativas claras sobre urbanismo, seguridad y eficiencia energética, así como mecanismos de financiación que permitan a las empresas escalar sus operaciones sin comprometer la viabilidad económica de los proyectos. El exceso de oferta en ciertas localizaciones podría presionar los precios y generar desequilibrios en el mercado de leasing, afectando la rentabilidad de operadores y tenants.

A pesar de estos desafíos, Colliers apuesta por ofrecer un acompañamiento integral a sus clientes, independientemente de su tamaño o segmento. La consultora busca garantizar que cada empresa pueda adaptar su estrategia de infraestructura digital a sus necesidades de disponibilidad, escalabilidad y eficiencia, combinando asesoramiento técnico, conocimiento del mercado y capacidad de ejecución.

Como subraya Guilleuma: «En Colliers, entendemos que el centro de datos no es solo una infraestructura crítica, sino una pieza clave en la arquitectura digital de las empresas».

DUDAS

El crecimiento acelerado de centros de datos en España refleja un proceso impulsado por la demanda insaciable de capacidad digital, pero también evidencia una falta de reflexión crítica sobre las consecuencias que este desarrollo conlleva.

Más allá de la promesa de mejorar la competitividad tecnológica, pocas voces cuestionan si el ritmo y la concentración de estas infraestructuras responden realmente a una planificación coherente o si obedecen únicamente a la especulación y la presión del mercado. Los sectores que dependen de estos centros, desde la banca hasta la inteligencia artificial, multiplican su huella digital sin detenerse a evaluar el coste ambiental o social.

La expansión rápida pone en jaque a la planificación urbana, que no siempre consigue integrar estos proyectos dentro de un marco ordenado y sostenible. En muchas ocasiones, la implantación de centros de datos se realiza en zonas donde los recursos energéticos son limitados o donde la infraestructura de red aún no está preparada para absorber tanta demanda, generando cuellos de botella que pueden derivar en cortes o subidas de coste para el consumidor final.

Además, el impacto ecológico de los centros de datos va más allá del consumo eléctrico. Estas instalaciones requieren cantidades significativas de agua para la refrigeración de sus sistemas, lo que puede generar tensiones sobre los recursos hídricos locales, especialmente en regiones ya afectadas por sequías o escasez.


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