Kiko Rivera vuelve a estar en el epicentro del debate mediático tras la polémica generada por la nueva relación de Irene Rosales. El DJ, hijo de Isabel Pantoja, ha expresado públicamente su desconcierto y malestar al asegurar que “no le cuadran las cuentas” sobre el inicio del romance de su exmujer con Guillermo, un empresario sevillano con quien Irene habría comenzado una relación poco tiempo después de su separación. A pesar de que Kiko había decidido mantener su vida personal fuera del foco mediático, esta vez la situación ha sido distinta y su entorno confirma que se encuentra dolido y afectado, incapaz de entender cómo su exmujer ha pasado página tan rápido y por qué no ha sido más discreta con alguien que pertenece al círculo cercano de ambos.
1La situación de Irene Rosales

Irene Rosales ha tratado de enfrentar la polémica con cautela y prudencia, intentando preservar la privacidad de su nueva relación. En un primer momento, jugó al despiste cuando los medios comenzaron a preguntarle por las fotografías que la vinculan con Guillermo, pero posteriormente pidió respeto para él y subrayó que se trata de una persona anónima, ajena al mundo del espectáculo. “Tampoco se pueden decir muchas cosas de él. Hay que respetar la intimidad de las personas, sobre todo de las que no pertenecen a este mundo”, manifestó con firmeza, dejando claro que su intención no es convertir su nueva vida en un espectáculo público. Con estas palabras, Irene buscaba establecer límites a la curiosidad mediática, recordando que no todos los protagonistas de una historia tienen la obligación de exponerse, y que los sentimientos y la tranquilidad de las personas ajenas a la televisión también merecen ser protegidos.
La separación entre Kiko Rivera e Irene Rosales se hizo pública a finales de agosto, después de que ambos pasaran el verano en familia intentando recomponer una relación que llevaba tiempo deteriorada. Sin embargo, el anuncio de ruptura pronto se vio eclipsado por la aparición de imágenes de Irene junto a Guillermo, un hombre del entorno cercano de ambos que había conocido desde hace varios años. En estas fotografías se les veía disfrutando de la compañía mutua en la playa, con gestos de complicidad y cercanía que despertaron numerosos comentarios sobre el posible solapamiento entre el final de su matrimonio y el inicio de esta nueva relación. La situación generó un debate mediático intenso, en el que se mezclaban la sorpresa, el reproche y la curiosidad por las fechas exactas de la relación, algo que Kiko ha intentado aclarar por su cuenta, llevando un control del calendario para intentar cuadrar todos los acontecimientos.
Desde “Espejo Público” se ha informado de que Kiko Rivera se siente profundamente afectado y desconcertado ante la rapidez con la que Irene ha rehacido su vida. Según el periodista Lázaro Sánchez, su entorno asegura que lo que más le duele es la falta de discreción de su exmujer. “No entiende cómo ha rehecho su vida tan pronto y por qué no ha sido más cuidadosa con una relación que, según parece, no es nueva”, afirmaron, señalando que para Kiko resulta difícil aceptar que esta relación, que ahora se hace pública, pueda haber tenido un inicio anterior a su separación oficial. Este sentimiento de desconcierto no solo responde a la cuestión temporal, sino también a la sensación de que ciertos límites de confianza se han visto vulnerados, ya que Guillermo es una persona conocida dentro del círculo que compartían y no un desconocido que apareció casualmente en sus vidas.