El último informe anual de Barclays sobre el sector de “Utilities y energías renovables europeas”, castiga a Redeia, bajando su recomendación de Sobre ponderar a Infra ponderar, bajando su precio objetivo de cerca de 20 a 13 euros, un 16% menos.
El razonamiento que ha utilizado la entidad es la debilidad normativa del sistema eléctrico español, donde no se logra generar un marco estable y coherente con los objetivos de la transición energética. Hay que recordar que la clave de esta falta de estabilidad reside en las tiranteces entre la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC) y el Ministerio para la Transición Energética (MITECO).
En este sentido, el organismo regulador ha abierto su propuesta a consulta hasta el próximo 22 de octubre, después de que empresas y asociaciones reclamasen una revisión del modelo anterior, ya que esta nueva normativa no consideraba el incremento de inversiones que había planteado el Ministerio. El borrador de la CNMC permite solo una rentabilidad de 6,46%, mientras que las empresas reclaman un 7,5%.
En este aspecto Barclays, ha indicado que cuenta con un margen limitado para mejoras significativas, ya que el coste real de capital de Redeia ronda el 4,8%, por lo que tiene un margen de rentabilidad muy estrecho de apenas 0,2 puntos. Mientras que en comparación con otros TSOs europeos como Elia, Terna o National Grid, ofrecen más crecimiento y rendimiento.
También el nuevo borrador de la CNMC ha afectado a las previsiones que tenían los analistas económicos, ya que antes de este nuevo modelo propuesto , se esperaba que el regulador dejara de añadir las obras en curso a la base de archivos regulados (RAB), o que al menos pagara por ellas durante su construcción un retorno cercano al WACC del operador.
Redeia cotiza un 30% por encima del valor razonable de sus activos
No obstante, la CNMC ha rebajado esta expectativa, ya que las obras en curso sólo recibirán una remuneración del 3,1%, solo durante un máximo de 5 años (el tiempo promedio de un proyecto), y solo se aplicaría a proyectos específicos, no a la totalidad de los mismos. Por otro lado, también afecta a dos elementos fundamentales cara a sus beneficios futuros:
- OPEX: donde Barclays espera un menor margen de mejora de Redeia en la gestión de los estándares de costes, a excepción del 2-3% que solían incluir en periodos anteriores.
- CAPEX: Aunque la CNMC introduce algunos incentivos nuevos a la inversión, son muy limitados (Redeia podrá reconocer un 5,5% más de costes de inversión por proyecto y se busca aplicar un modelo 50/50, si los proyectos cuestan más del 15% de lo previsto). Sumado a que hay retrasos y saturación industrial.
Por lo que, con estas medidas se esperan menos ingresos regulados y por ende menos beneficios futuros, de ahí que Barclays baje sus estimaciones para Redeia con un EPS/BPA (ingreso por acción) de un 4,8% respecto al 8% que pueden tener otros operadores europeos, al igual que un RAB con un bajo crecimiento esperado de solo un 7,6%, frente al 9% que podrían tener otros TSOs.
En definitiva, Redeia sigue teniendo un riesgo operativo bajo, debido a que cuenta con ingresos estables fijados por el regulador, y una deuda y flujo de caja predecibles. Actualmente su riesgo bursátil se ha visto incrementado, debido a que su capacidad de crecer y generar está limitada por los cambios de regulación.
Por otro lado también influye que la acción sea más cara que la rentabilidad esperada. Según Barclays, Redeia cotiza un 30% por encima del valor razonable de sus activos (RAB). Estos factores han llevado al banco a bajar su recomendación de Sopre ponderar a Infra ponderar, y a bajar su precio objetivo de 20 a 13 euros por acción.