lunes, 20 octubre 2025

¿Crees moverte bien? Esta prueba revela fallas invisibles incluso en atletas de élite

- La inteligencia artificial redefine el rendimiento deportivo al combinar ciencia, intuición y autoconciencia del cuerpo.

Moverte bien es escucharte; moverte mal es ignorarte. Durante mucho tiempo, el deporte se basó en el ojo humano: el olfato del entrenador, la intuición del preparador físico, el presentimiento de que ese chico o esa chica “tenían algo especial”. Pero ahora, poco a poco, la inteligencia artificial está entrando en los vestuarios, los gimnasios y las pistas.
Y no llega para quitarle el alma al deporte, sino para ayudar a entenderla mejor.

Hoy, los algoritmos ya no se conforman con medir cuánto corre un atleta o cuántos kilos levanta. Empiezan a descifrar cómo se mueve, cómo duerme, cómo se recupera… incluso cómo piensa.
Es un cambio de era: pasamos de observar a comprender.

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Porque, en el fondo, la inteligencia artificial no viene a sustituir la intuición humana, sino a afinarla. Es como un segundo par de ojos que ve lo que el cuerpo siente antes de que lo exprese.

Más allá del cronómetro

moverte
La unión entre tecnología y fisiología marca una nueva era del rendimiento deportivo con inteligencia artificial. Fuente: Canva.

Predecir el rendimiento deportivo no es tan fácil como parece.
En una carrera de 100 metros, la respuesta está en el cronómetro. Pero ¿qué pasa en una competición de gimnasia o en el patinaje artístico, donde lo que cuenta también es la mirada del juez? Ahí entra la subjetividad, y ahí es donde la inteligencia artificial empieza a marcar la diferencia.

Los investigadores coinciden en algo: el verdadero talento no se mide en un solo día, sino en la constancia.
Por eso los nuevos modelos de IA analizan temporadas completas, no momentos aislados. Buscan entender si un deportista puede rendir incluso cuando está cansado, frustrado o fuera de su mejor forma.
Esa capacidad de resistir —lo que muchos llaman the grind— es lo que distingue al atleta fugaz del que deja huella.

Claro que toda predicción tiene sus límites. El mejor jugador a los 13 años puede no serlo a los 19. El cuerpo cambia, la mente también, y la vida, de paso, hace su parte.
Predecir el talento humano sigue siendo, en gran medida, un arte.

El “rendidor duradero”: ese jugador que nunca falla

El cuerpo no miente Merca2.es
El FMS traduce la historia del cuerpo: moverse bien es el primer paso hacia rendir mejor. Fuente: Canva.

Los científicos han acuñado un término que suena casi poético: el rendidor duradero.
No es el que más brilla, sino el que más aguanta.
Ese jugador que rara vez se lesiona, que siempre está disponible, que sostiene al equipo cuando el resto se cae.

En palabras simples: no sirve de nada ser el mejor si nunca estás presente.
Los entrenadores lo saben. Y por eso, más que buscar estrellas, quieren gente que se cuide, que duerma, que respete su cuerpo.

El secreto, dicen, no está en hacerlo todo perfecto, sino en no fallar en lo esencial: dormir bien, comer bien, tener relaciones sanas, respirar, mantener la flexibilidad, moverse con inteligencia.
El cuerpo no necesita milagros, necesita coherencia.

El cuerpo habla: el FMS lo traduce

Datos que predicen talento Merca2.es
La inteligencia artificial se integra al entrenamiento para prevenir lesiones y mejorar la autoconciencia. Fuente: Canva.

Un estudio reciente, titulado “Modelado Predictivo del Rendimiento Atlético con Aprendizaje Automático e Integración de Datos Biométricos”, ha puesto sobre la mesa un hallazgo interesante:
el FMS (Functional Movement Screen), una sencilla prueba que evalúa la calidad del movimiento, es el mejor predictor del rendimiento deportivo.

Durante años, el FMS se utilizaba solo para prevenir lesiones. Ahora se sabe que también puede anticipar el éxito.
Y no por magia, sino porque el cuerpo es honesto.
Si te mueves bien, probablemente piensas, respiras y descansas bien.

El estudio lo confirma: los atletas con mejores puntuaciones en el FMS suelen rendir mejor, lesionarse menos y durar más.
En cambio, una puntuación baja —por debajo de 14— multiplica por siete el riesgo de lesión.
No es casualidad. Detrás de cada lesión hay un desequilibrio que el cuerpo lleva tiempo intentando comunicar.

Moverse bien es moverse consciente

La investigación también encontró que la calidad del movimiento predice el rendimiento con un 73% de precisión, muy por encima de la flexibilidad (41%).
Traducido: no basta con ser elástico, hay que ser consciente.
Saber cómo te mueves es tan importante como moverte.

Moverte bien es comprenderte, moverte mal es traicionarte. Porque moverte con conciencia no solo mejora el rendimiento, también te reconcilia con tu propio cuerpo.

El futuro del deporte será humano o no será

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La inteligencia artificial está aportando datos, pero también humildad.
Nos recuerda que no hay rendimiento sin descanso, ni fuerza sin cuidado.
Algunas universidades ya usan apps que alertan sobre el bienestar de los deportistas antes de que lleguen las lesiones. No para controlar, sino para cuidar desde la prevención.

Porque el futuro del deporte no será solo correr más rápido o levantar más peso, sino entender cuándo parar, cómo respirar y cómo volver a empezar.

Cuando aprendes a moverte con conciencia, todo cambia; porque moverte bien es, al final, una forma de vivir mejor.


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