Conseguir una de las hipotecas más deseadas del mercado se ha convertido en una auténtica carrera de obstáculos para miles de españoles. Pero lo que muchos no imaginan es que su profesión podría ser la barrera definitiva, según sentencia el economista Santos Vázquez (52), quien asegura que «el banco tiene orden de denegar hipotecas a todo el que trabaje en estos 3 sectores». Esta afirmación es un jarro de agua fría, ya que para muchos solicitantes la estabilidad laboral es el factor más importante que examinan las entidades financieras.
La advertencia de Vázquez resuena con fuerza en un momento de incertidumbre económica, dibujando un panorama desolador para ciertos profesionales. Según el economista, hay trabajos que están en el punto de mira de las entidades de crédito, casi en una especie de «lista negra» no oficial. El problema de fondo es que para los bancos el riesgo de impago se ha convertido en una obsesión tras las últimas crisis económicas, endureciendo como nunca antes las condiciones para acceder a un crédito para vivienda.
¿POR QUÉ TU TRABAJO TE DEJA FUERA DEL JUEGO HIPOTECARIO?
La economía actual es un campo de minas donde la volatilidad manda y la seguridad laboral parece un recuerdo del pasado. Ante esta realidad, los bancos han afinado al máximo sus análisis de riesgo antes de conceder financiación para comprar casa. Lo que buscan, por encima de todo, es la certeza de que el cliente podrá hacer frente a las cuotas durante décadas, y es que un contrato indefinido ya no es el pasaporte definitivo para conseguir una hipoteca.
Esta búsqueda de seguridad choca frontalmente con la realidad de ciertos empleos, tal y como subraya la sentencia de Santos Vázquez. Las entidades financieras analizan la evolución previsible de cada sector a largo plazo, no solo la situación actual del solicitante. Por eso, y según su visión, los trabajadores de industrias con alta temporalidad o en reconversión son vistos como perfiles de alto riesgo, llevándoles directamente a la casilla de salida en el complejo tablero del mercado hipotecario.
LA HOSTELERÍA: LA PRIMERA EN CAER DE LA LISTA

Nadie duda de que la hostelería es un motor económico vital, pero sufre de una marcada estacionalidad que genera picos y valles de empleo muy pronunciados. Esta intermitencia es veneno puro para los departamentos de riesgo de los bancos. Para ellos, un camarero o un recepcionista de hotel, aunque tenga trabajo, representa una incógnita a futuro, pues la irregularidad en los ingresos dificulta enormemente la planificación financiera a largo plazo, algo esencial para la banca.
Santos Vázquez lo tiene claro al señalar este sector como uno de los marcados en su «lista negra». La afirmación de que «el banco tiene orden de denegar hipotecas» a estos perfiles se basa en esta lógica implacable. La firma de la hipoteca es un compromiso que puede durar 30 años y, desde la perspectiva de una entidad, la incertidumbre sobre la continuidad laboral del solicitante es una bandera roja insalvable, por muy buen pagador que haya sido hasta la fecha.
EL LADRILLO, UNA APUESTA DE ALTO RIESGO PARA LA BANCA

La construcción vive en una montaña rusa permanente, con épocas de auténtica euforia seguidas de crisis profundas que dejan a miles de trabajadores en la calle. Esta naturaleza cíclica es algo que los bancos conocen muy bien, pues la sufrieron en sus propias carnes en el pasado. Por ello, la odisea de la financiación para un albañil o un encofrador es mayúscula, ya que la memoria de la crisis inmobiliaria anterior sigue muy presente en las políticas de riesgo de las entidades.
El análisis de Santos Vázquez vuelve a ser tajante en este punto, alineándose con la prudencia extrema de la banca. Los comités de riesgo saben que, tras el auge actual, puede venir una nueva contracción que afecte de lleno a la estabilidad laboral de sus clientes. Por esta razón, y siguiendo la lógica del economista, un empleo en la construcción no ofrece las garantías de pago sostenido que exige un préstamo a tan largo plazo, cerrando la puerta a muchos profesionales.
EL SECTOR DE LA AUTOMOCIÓN, EN LA CUERDA FLOJA

El sector de la automoción se encuentra en medio de una tormenta perfecta: la transición forzosa al vehículo eléctrico, la competencia feroz de los mercados asiáticos y una regulación cada vez más estricta. Este cóctel de incertidumbre genera una enorme inestabilidad en el empleo. Para un banco, un mecánico o un operario de una cadena de montaje representa un perfil complejo, ya que la reconversión industrial del sector amenaza miles de puestos de trabajo a medio plazo.
Es aquí donde la sentencia de Santos Vázquez, «el banco tiene orden de denegar hipotecas», cobra un sentido dramático para los trabajadores de esta industria. La banca no quiere encontrarse con un cliente que, en pocos años, vea cómo su puesto de trabajo desaparece por la automatización o la deslocalización. En este contexto, la viabilidad futura del sector es demasiado incierta para vincularse a un crédito de varias décadas, lo que complica enormemente solicitar un crédito.
¿HAY ALGUNA ESPERANZA SI TRABAJAS EN ESTOS SECTORES?

Aunque pertenecer a uno de estos sectores pueda ser una barrera de entrada, no todo está perdido. Tal y como insiste Santos Vázquez, la clave está en contrarrestar el riesgo que percibe el banco con otras fortalezas. La más importante es, sin duda, la capacidad de ahorro. Demostrar una economía personal saneada puede cambiar la balanza, porque aportar una entrada superior al 20% y tener un colchón financiero reduce drásticamente el riesgo para la entidad.
Otra vía para alcanzar el sueño de una casa en propiedad es solicitar la financiación en pareja, siempre que el otro titular tenga un perfil laboral más estable. Esto diluye el riesgo y ofrece una doble garantía de pago. A pesar del aviso de Santos Vázquez, en última instancia, la decisión final sobre las hipotecas recae en el estudio individualizado de cada perfil, donde un historial crediticio impecable y la ausencia de otras deudas pueden obrar milagros y abrir puertas que parecían cerradas a cal y canto.