domingo, 19 octubre 2025

Pablo Gil, economista y trader: “Las letras del Tesoro, los fondos monetarios y las cuentas remuneradas representan el primer peldaño en la escala de inversión segura”

Las cuentas remuneradas, los fondos monetarios y las letras del Tesoro ofrecen una inversión de bajo riesgo que protege los ahorros frente a la inflación. Entender tipos de interés y reinversión es clave para rentabilizar a largo plazo.

Cada vez más españoles buscan formas de proteger y rentabilizar sus ahorros en un contexto económico marcado por tipos de interés bajos y mercados volátiles. Las opciones tradicionales de inversión están dando paso a productos más accesibles, como las cuentas remuneradas y los fondos monetarios, que prometen seguridad y rendimientos modestos pero constantes. Según Pablo Gil, economista y trader, estas alternativas representan el primer peldaño en la escala de inversión segura.

En este escenario, la clave no está únicamente en buscar rentabilidad, sino en entender el riesgo real de cada producto. “Las letras del Tesoro, los fondos monetarios y las cuentas remuneradas representan el primer peldaño en la escala de inversión segura”, asegura Gil, subrayando que los depósitos garantizados por el Estado proporcionan un respaldo confiable frente a la volatilidad de los mercados.

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El primer escalón: inversión segura y de bajo riesgo

El primer escalón: inversión segura y de bajo riesgo
Fuente: agencias

Actualmente, productos como las cuentas que remuneran hasta un 3% del capital depositado se han popularizado, especialmente entre los brokers que operan en Alemania o España. Estas inversiones permiten, incluso, compensar la pérdida de poder adquisitivo causada por la inflación sin asumir riesgos elevados. “Estamos hablando de instrumentos con límite de garantía de hasta 100.000 euros por persona y por entidad, lo que asegura la recuperación del capital ante una crisis severa”, explica Gil. La legislación europea y los fondos de garantía bancarios son la columna vertebral que sostiene este tipo de inversión.

Aun así, la rentabilidad de estas opciones está directamente ligada al tipo de interés establecido por el Banco Central Europeo. Las entidades financieras ajustan los porcentajes ofrecidos según su política de captación de clientes y la necesidad de financiación interna. De este modo, el inversor puede encontrar cuentas que parecen atractivas por su rendimiento inmediato, pero es crucial comprender que forman parte de un marco de inversión de bajo riesgo y baja rentabilidad.

Interés compuesto y estrategias a largo plazo

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Más allá de las cuentas remuneradas, la inversión a largo plazo se potencia mediante el interés compuesto. “La clave es reinvertir periódicamente los intereses o dividendos generados por las inversiones iniciales”, explica Gil. Con estrategias como el DCA (Dollar-Cost Averaging), donde se invierte una cantidad fija regularmente, la base sobre la que se calcula la rentabilidad crece exponencialmente.

Los fondos indexados son un ejemplo claro: las acciones que componen los índices devuelven parte de sus ganancias a través de dividendos o recompra de acciones, generando un efecto bola de nieve. A 30 o 40 años vista, incluso pequeñas cantidades invertidas de forma constante pueden crecer de manera significativa, siempre que exista una tendencia alcista sostenida en los mercados.

En síntesis, la inversión no es solo una cuestión de multiplicar el dinero, sino de entender las reglas del juego, gestionar riesgos y aplicar estrategias estructuradas. Las letras del Tesoro, los fondos monetarios y las cuentas remuneradas son solo el inicio, pero dominar estos instrumentos es fundamental antes de asumir retos financieros mayores. Según Gil, la educación financiera y la planificación a largo plazo siguen siendo los mejores aliados del inversor moderno.


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