José Antonio: “La proteína no te hará engordar, y la creatina va mucho más allá del músculo.” Habla con entusiasmo, gesticula al recordar viejas batallas académicas y sonríe con esa mezcla de ironía y satisfacción de quien ha tenido razón antes que nadie. El doctor José Antonio, uno de los grandes referentes de la nutrición deportiva moderna, repasó recientemente su trayectoria, los cambios que ha vivido el campo y los descubrimientos que —a base de persistencia— han terminado por darle la vuelta a muchos mitos.
Una carrera a contracorriente

Su historia empieza en los años noventa, cuando José Antonio se doctoró en biología celular y anatomía. Sus primeros trabajos giraban en torno a la hiperplasia de las fibras musculares, pero su curiosidad iba por otro lado. “Mi pasión era la nutrición deportiva, aunque en aquella época nadie la tomaba en serio”, recuerda con humor.
Lo cierto es que, por entonces, este ámbito se consideraba poco más que un entretenimiento sin base científica. “En un libro de los años 80 llegué a leer: ‘Nada funciona, salvo quizá la cafeína’”, comenta divertido.
Esa falta de reconocimiento no le frenó. Al contrario: lo empujó. Decidió volcarse de lleno en la investigación de suplementos y rendimiento físico, aunque eso implicara nadar contracorriente. “O ellos estaban equivocados o lo estaba yo… y resultó que ellos estaban muy equivocados”, dice sin rodeos.
No fue fácil. En las primeras conferencias que ofreció, el ambiente se tornaba hostil. “No nos despreciaban, nos odiaban”, recuerda entre risas. Pero el tiempo pone todo en su sitio: hoy la nutrición deportiva se estudia en universidades de todo el mundo. “Hemos avanzado mucho, aunque todavía quedan reductos anti-suplementos en medicina y dietética”, admite.
El mito del exceso de proteína

Uno de los temas que más ha investigado el Dr. Antonio es la cantidad de proteína que el cuerpo puede asimilar. Y aquí, su respuesta rompe esquemas: no se sabe cuál es el límite.
En un estudio especialmente llamativo, los participantes llegaron a consumir 4,4 gramos de proteína por kilo de peso corporal, una cifra que habría horrorizado a cualquier dietista tradicional. El resultado, sin embargo, fue desconcertante: “Comían entre 600 y 800 calorías más al día solo en proteína… y no pasó absolutamente nada. No engordaron, no se les alteró nada.”
En otro experimento, con dosis más “moderadas” de 3,4 g/kg, los sujetos no solo no ganaron grasa, sino que perdieron masa grasa respecto al grupo control. Por eso, cuando le preguntan por sus recomendaciones, es pragmático: “Si subir a 1,5 gramos por libra no tiene desventajas, ¿por qué no hacerlo?”.
En cuanto al momento ideal para consumir proteína, su consejo es sencillo y sensato: no obsesionarse. “Da igual si es antes o después del entrenamiento, lo importante es repartirla a lo largo del día”, asegura.
Creatina: más allá del gimnasio

Hablar con José Antonio sobre creatina es como abrir un capítulo de su propia biografía. La toma desde los noventa y la defiende sin reservas. “Es uno de los suplementos más estudiados y seguros que existen”, afirma. Suele recomendar 5 gramos diarios, aunque él prefiere unos 3,2.
Además, su equipo investiga ahora su impacto en el cerebro. “Mi colega Darren Kandal propone 10 gramos al día para saturar las reservas cerebrales. ¿Hay algún inconveniente? No. Así que, si puedes, hazlo”, comenta con su estilo directo.
Su próximo proyecto va un paso más allá: estudiar los efectos de la creatina en los músculos que mueven los ojos. La idea es comprobar si mejora la capacidad de seguir objetos en rápido movimiento, algo crucial en deportes como el béisbol o las artes marciales mixtas.
Y si se trata de deportes de contacto, lo tiene claro: “Todo atleta debería tomar creatina. Y si sufre una conmoción cerebral, que aumente la dosis. Si puede ayudar, hay que hacerlo.”
Suplementos con sentido común
A la hora de hablar de ayudas ergogénicas, el Dr. Antonio nombra algunas infalibles: beta-alanina, bicarbonato, nitratos y cafeína. Eso sí, aclara que no todas funcionan igual. “La beta-alanina no actúa al instante como la cafeína. Hay que tomarla de forma constante durante varias semanas antes de notar algo.”
Para quienes practican deportes de resistencia, propone algo tan simple como eficaz: azúcar y cafeína. “Una Coca-Cola con azúcar, diez o quince minutos antes de una carrera, puede marcar la diferencia”, dice con naturalidad.
En cambio, se muestra escéptico con los productos que prometen “mejorar la salud mitocondrial”. “Mientras nadie me muestre una forma de medir eso de manera útil para la salud o el rendimiento, no sabría ni cómo valorarlo”, admite.
Hoy, José Antonio es una de las voces más respetadas de la nutrición aplicada al deporte. Pero lo que lo distingue no son solo sus estudios, sino su actitud. Escéptico, curioso y siempre dispuesto a desafiar lo establecido, su mensaje final es casi un lema de vida:
“Lo importante es tener una mente crítica, no cerrada. Porque la nutrición deportiva, como la ciencia misma, nunca deja de moverse.”