domingo, 19 octubre 2025

La nueva estafa telefónica que engaña incluso a los más precavidos

Miles de españoles han caído en la trampa del spoofing, una estafa telefónica que suplanta a los bancos, imita sus números y vacía cuentas en minutos. La tecnología del engaño avanza más rápido que la prevención.

Cada día, miles de personas en España reciben una llamada que parece rutinaria: el número coincide con el de su banco, el agente conoce su nombre y hasta los últimos movimientos de su cuenta. Todo parece real hasta que, unos minutos después, el dinero desaparece. Así operan las nuevas formas de estafa telefónica que están arruinando a clientes en todo el país.

Este tipo de estafa se ha vuelto tan sofisticada que ni los más precavidos se salvan. Los delincuentes han aprendido a replicar las voces de los operadores, imitar los mensajes oficiales y usar tecnología que hace imposible distinguir una llamada falsa de una verdadera. Lo que comienza con un aviso de seguridad termina con una cuenta vacía.

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La llamada que vacía cuentas

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El método es simple y letal. Todo empieza con una llamada del supuesto banco. En la pantalla del teléfono aparece el número oficial, lo que genera confianza inmediata. El operador, con tono amable, confirma los datos del cliente y advierte sobre un cargo sospechoso, generalmente de unos 850 euros. En realidad, la alerta es la puerta de entrada a la estafa.

El siguiente paso es la urgencia: “hay que actuar ya, o el dinero se perderá”. La víctima recibe un SMS con un código y, al dictarlo, autoriza sin saberlo la transferencia que vaciará su cuenta. Es el corazón del fraude conocido como spoofing, una estafa que manipula la identificación de llamadas para mostrar un número falso.

Dentro de la fábrica de estafas

Dentro de la fábrica de estafas
Fuente: agencias

Lejos de los viejos timadores solitarios, hoy estas estafas se ejecutan desde verdaderas fábricas del engaño. La Policía Nacional desmanteló recientemente tres centros de llamadas en Lima con más de 80 detenidos. Cada operador tenía un listado de víctimas clasificadas por banco y límite de tarjeta. El empleado que más dinero robaba recibía un reloj de lujo como premio.

Pero la estafa no se detiene allí. Informes de Naciones Unidas advierten que más de 100.000 jóvenes en Camboya y Myanmar son retenidos y obligados a trabajar en complejos donde se realizan fraudes durante 15 horas diarias. Sus pasaportes son confiscados y deben estafar hasta pagar su rescate.

Aun así, hay quienes deciden contraatacar. El ingeniero británico Jim Bowin logró infiltrarse en los servidores de un centro indio y entregar pruebas a la BBC. También el youtuber Scammer Payback se hace pasar por ancianas para ganar tiempo y hackear a los delincuentes. Gracias a sus acciones, se han cerrado decenas de oficinas, aunque por cada una que cae, otra aparece.

Frente a estas estafas, los bancos suelen alegar que la operación fue “autorizada”. Sin embargo, la ley protege a los clientes cuando las entidades no bloquean movimientos anómalos. Conservar pantallazos, SMS y registros de llamadas puede ser clave para recuperar el dinero.


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