Jorge Fernández ha dejado a todos sin palabras al hablar abiertamente sobre uno de los momentos más difíciles de su vida. El presentador de ‘La ruleta de la suerte’ se sinceró en el programa Y ahora Sonsoles con Sonsoles Ónega sobre la enfermedad de Lyme que sufrió hace años y que casi le obliga a abandonar su carrera televisiva. Confesó que durante aquella época llegó a derramar lágrimas antes de entrar a grabar y que estuvo al borde de una fuerte depresión, aunque nunca dejó el programa que tantos años le ha acompañado.
2Jorge Fernández confiesa su testimonio

La recuperación fue lenta y requirió de paciencia, disciplina y apoyo familiar. Jorge confesó que encontró en la meditación y el yoga herramientas fundamentales para sobrellevar la enfermedad. “Estar solamente respirando me funcionó, asumir lo que tenía y pensar que poco a poco me iba a curar”, señaló ante la mirada atenta de Sonsoles Ónega.
Además, destacó la importancia de contar con la comprensión de su pareja y sus padres, quienes respetaron su necesidad de crear su propio protocolo de recuperación. Tuvo que ordenar su vida por completo y enfocarse en sanar desde dentro, un proceso que le permitió volver a encontrarse consigo mismo y recuperar la energía para dedicarse a su pasión: la televisión. Fernández también habló de la conexión especial que mantiene con el País Vasco, donde sigue viviendo parte de su vida mientras graba en Madrid. Explicó que siempre quiso tener un “pie en casa” y poder regresar a Bilbao tras cada jornada de grabación, algo que le daba un equilibrio entre lo profesional y lo personal. Esta estabilidad, combinada con las prácticas de meditación y yoga, le ayudó a superar uno de los capítulos más complicados de su existencia, un capítulo que nunca imaginó que podría superar sin perder su carrera televisiva.
Durante la entrevista, confesó que la enfermedad no solo afectó su salud física, sino también su ánimo y confianza. “Estuve muy mal mentalmente”, reiteró, destacando que hubo días en los que se sintió completamente abrumado y sin fuerzas. Sin embargo, la disciplina, la determinación y la ayuda de sus seres queridos le permitieron salir adelante. Aprendió a priorizar su bienestar, a escuchar a su cuerpo y a respetar sus límites, lo que fue clave para poder retomar sus actividades diarias y regresar al programa que lo ha acompañado casi 20 años.