Raquel Mosquera atraviesa uno de los momentos más complicados de su vida. A la tristeza por la detención de su marido, Isi, se suma ahora un serio problema económico que la ha dejado al borde del colapso. La conocida peluquera y excolaboradora televisiva, acostumbrada a enfrentarse con entereza a los golpes personales, se enfrenta esta vez a un drama económico que amenaza con desestabilizar su vida por completo.
1Detienen al marido de Raquel Mosquera

Según ha trascendido, Isi se encuentra en prisión preventiva en Francia desde hace aproximadamente cuatro meses, tras ser detenido en las Antillas francesas por un asunto de gran gravedad. La noticia salió a la luz hace apenas una semana, pero el impacto en el entorno de Raquel ha sido devastador. La empresaria se ha visto obligada a asumir en solitario las responsabilidades familiares, laborales y económicas, sin contar con el apoyo de su pareja ni con la estabilidad que había logrado mantener hasta ahora. El programa ‘Fiesta’ ha revelado que la situación económica de Raquel se ha vuelto insostenible en los últimos meses. Los ingresos que obtenía de su negocio y de sus apariciones televisivas no son suficientes para cubrir todos los gastos derivados de su hogar, sus hijos y los compromisos adquiridos junto a Isi.
Además, la falta de liquidez se ha agravado desde que su marido ingresó en prisión, ya que él era una de las principales fuentes de sustento económico de la familia. “Está al borde de la bancarrota”, explicaban en el espacio de Telecinco, asegurando que incluso habría tenido que recurrir a la ayuda de amigos cercanos para poder seguir adelante.
A pesar del hermetismo con el que siempre ha llevado su vida privada, Raquel Mosquera no ha podido ocultar su preocupación. En los últimos días se la ha visto visiblemente afectada, tratando de mantener el tipo mientras lidia con una situación que la supera. La empresaria, que durante años luchó por sacar adelante su peluquería y consolidar su marca personal, teme que este nuevo revés termine por destruir todo lo que ha construido con tanto esfuerzo. La incertidumbre económica, unida al dolor de tener a su marido privado de libertad, ha convertido su día a día en una auténtica pesadilla.