domingo, 19 octubre 2025

El timo de los smartwatches para el corazón: José Veles (33), cardiólogo, sentencia por qué ese reloj solo te está dando ansiedad

Autodiagnosticar problemas cardíacos basándose en los datos de un reloj inteligente es un error peligroso que lleva a interpretaciones incorrectas. Los cardiólogos advierten de que estos dispositivos provocan un aumento de consultas médicas innecesarias por falsas alarmas.*

El timo de los smartwatches para el corazón es una realidad que muchos cardiólogos empiezan a denunciar, y José Veles (33) lo tiene claro: ese reloj solo te está dando ansiedad. Lejos de ser un aliado infalible para tu bienestar, este dispositivo puede convertirse en tu peor enemigo, generándote un estado de alerta constante que ni es sano ni es real. ¿Y si te dijera que esa tecnología que promete cuidarte en realidad te está enfermando con datos que no sabes interpretar?

La promesa de controlar tu salud desde la muñeca es muy tentadora, pero la realidad es bien distinta. Para el cardiólogo José Veles, el problema es que estos smartwatches nos han convertido en médicos aficionados sin licencia, y él sentencia que ese reloj solo te está dando ansiedad al interpretar cada mínima variación como una catástrofe inminente. Sigue leyendo y descubre por qué confiar ciegamente en estos aparatos podría ser el mayor riesgo para tu tranquilidad y tu verdadera salud.

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¿UN VIGILANTE EN TU MUÑECA O UNA FUENTE DE ESTRÉS?

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Imagina recibir una alerta de frecuencia cardíaca «anormalmente alta» mientras ves una película de terror. Tu reloj no sabe que estás saltando en el sofá del susto, solo ve un número y te lo notifica, creando una alarma donde no la hay. Según la experiencia de José Veles, estos dispositivos no entienden el contexto de tu vida diaria, lo que provoca un torrente de falsos positivos que solo consiguen angustiar al usuario y saturar las consultas médicas con preocupaciones infundadas.

El problema se agrava cuando esa vigilancia se vuelve obsesiva. Comprobar el pulso cada diez minutos o analizar el gráfico del sueño buscando anomalías inexistentes es un camino directo a la hipocondría digital. José Veles lo resume de una forma muy gráfica al sentenciar por qué ese reloj solo te está dando ansiedad: te conviertes en un prisionero de tus propios datos biométricos, viviendo más pendiente de la pantalla que de las señales reales que te envía tu propio cuerpo.

LA OBSESIÓN DEL DATO PERFECTO QUE NADIE TIENE

Aquí desgranamos cómo la gamificación de la salud en los smartwatches nos empuja a una búsqueda agotadora de la perfección que, lejos de ser saludable, nos genera frustración. Fuente: Freepik

Cerrar los anillos, alcanzar los diez mil pasos, tener una gráfica de sueño perfecta… Los smartwatches han convertido el bienestar en un videojuego donde siempre parece que vamos perdiendo. Esta presión constante por alcanzar metas predefinidas por un algoritmo ignora nuestras circunstancias personales, como un mal día o una lesión. La tecnología nos exige un rendimiento óptimo sin descanso, y no cumplir con esas expectativas nos genera una sensación de fracaso completamente artificial.

Esta búsqueda de la perfección numérica nos desconecta de la realidad. ¿De qué sirve tener un registro de sueño «excelente» si te levantas agotado? José Veles insiste en que la obsesión por el dato perfecto es un timo, porque la salud real está llena de imperfecciones y matices que un sensor no puede medir. Al final, corremos el riesgo de modificar nuestros hábitos de forma poco saludable solo para satisfacer las métricas de nuestro reloj inteligente.

«NO ERES MÉDICO»: EL GRAN ERROR DE INTERPRETAR GRÁFICAS

El peligro de la autoevaluación es el foco de este apartado, donde se analiza por qué interpretar los datos de los smartwatches sin criterio médico es una práctica de alto riesgo.  Fuente: Freepik
El peligro de la autoevaluación es el foco de este apartado, donde se analiza por qué interpretar los datos de los smartwatches sin criterio médico es una práctica de alto riesgo. Fuente: Freepik

Uno de los mayores engaños de los smartwatches es la función de electrocardiograma (ECG). Nos hace creer que podemos detectar una arritmia compleja con solo poner un dedo en la corona del reloj, pero la realidad es mucho más tozuda. Como advierte José Veles, interpretar un electrocardiograma requiere años de formación especializada y un simple gráfico en una pantalla minúscula, sin el contexto clínico completo, puede llevar a conclusiones peligrosamente erróneas y a una ansiedad desbordante.

El resultado de este autodiagnóstico fallido es lo que los médicos ya llaman «la consulta del reloj». Pacientes completamente sanos acuden a urgencias, aterrorizados por una «anomalía» que su dispositivo ha detectado y que, en nueve de cada diez casos, no es nada. Es la prueba definitiva, según Veles, de que los smartwatches generan más visitas médicas por ansiedad que por problemas cardíacos reales, colapsando un sistema que debería centrarse en quien de verdad lo necesita.

¿PARA QUIÉN SÍ SON ÚTILES ESTOS RELOJES?

No todo es negativo; en esta sección matizamos el discurso y señalamos los perfiles para los que los smartwatches sí pueden suponer una ayuda real si se usan correctamente. Fuente: Freepik
No todo es negativo; en esta sección matizamos el discurso y señalamos los perfiles para los que los smartwatches sí pueden suponer una ayuda real si se usan correctamente. Fuente: Freepik

A pesar de su crítica, José Veles reconoce que no se trata de demonizar la tecnología por completo. Para deportistas de alto rendimiento que buscan optimizar sus entrenamientos o para pacientes ya diagnosticados con ciertas patologías cardíacas, estos wearables pueden ser una herramienta de seguimiento útil bajo supervisión médica. En estos casos, el reloj no es un doctor, sino un complemento que aporta datos objetivos a un profesional que sabe cómo interpretarlos.

La clave, por tanto, está en el perfil del usuario. Para una persona sana y sin patologías previas, la monitorización cardíaca exhaustiva que ofrecen muchos smartwatches es, en palabras del cardiólogo, «matar moscas a cañonazos». La probabilidad de que te aporte un beneficio real es mínima, mientras que el riesgo de que te genere un estrés innecesario es altísimo, demostrando una vez más por qué ese reloj solo te está dando ansiedad.

VIVIR SIN MIEDO: EL CONSEJO FINAL DEL CARDIÓLOGO

El cierre se centra en el mensaje más importante: aprender a escuchar a nuestro cuerpo por encima de la tecnología y recuperar una relación más sana con los smartwatches. Fuente: Freepik
El cierre se centra en el mensaje más importante: aprender a escuchar a nuestro cuerpo por encima de la tecnología y recuperar una relación más sana con los smartwatches. Fuente: Freepik

Entonces, ¿qué hacemos? ¿Tiramos el reloj a la basura? José Veles propone un enfoque mucho más sensato y liberador: úsalo para lo que realmente sirve, como ver la hora, registrar tus paseos o escuchar música, pero desactiva las notificaciones de salud que no has pedido. Aprende a confiar más en tu cansancio, tu energía o tu malestar que en un sensor; tu cuerpo lleva miles de años de evolución perfeccionando sus propias alarmas.

Al final del día, la tecnología debe ser una esclava a nuestro servicio, no un amo que nos tiraniza con datos y alertas. La verdadera salud no se mide en gráficas ni en porcentajes, sino en la capacidad de disfrutar de la vida sin el miedo constante a que algo vaya mal. Olvídate del timo de los smartwatches para el corazón y, como sentencia Veles, recupera la paz mental que perdiste cuando cediste el control a un dispositivo en tu muñeca.


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