
Un reciente estudio denominado «El Alzheimer en España: percepción social sobre la enfermedad y los cuidadores», elaborado por Sanitas Mayores, profundiza sobre cómo percibe la población uno de los recursos con más sensibilidad, el de las residencias especializadas. Según los datos, aproximadamente el 64 % de las personas en España considera que, en algún momento de la evolución de la enfermedad, las personas con Alzheimer deben ingresar a una residencia especializada.
RESIDENCIAS ESPECIALIZADAS, NUEVA VERTIENTE DEL CUIDADO

El estudio alcanza conclusiones muy llamativas, como la aceptación de que cuidar a una persona que tiene Alzheimer es una carga física y emocional continua. El 91,5% de las personas creen que la atención especializada tiene efectos positivos en los cuidadores, y un 87,4% consideran que es beneficiosa también para los propios enfermos. Pero este reconocimiento no es suficiente para eliminar las barreras en el plano emocional: incluso los sentimientos de culpa (44%) o los sentimientos de abandono (42,5%) se presentan como habituales entre los familiares.
Por otra parte, los cuidadores y las cuidadoras también tienen consecuencias tangibles de su trabajo, fundamentalmente: agotamiento físico en el 74,2% de los casos; depresión en el 70,5%, o bien estrés en un 69,7%. Las cifras nos permiten decir que el cuidado de larga duración sin apoyo especializado es un riesgo real tanto para la mente como para el cuerpo.
De este modo, nos encontramos con que la sociedad también valora aspectos de la atención personalizada en los centros especializados, como pueden ser la vigilancia durante las 24 horas (81,8%); la atención médica profesional (82,4%); los programas de estimulación cognitiva (63,6%) o bien la alimentación adaptada (51,9%). Es decir: no se busca simplemente que exista recurso, sino que se busca que sea exhaustivo y sensible.
TRANSPARENCIA, HUMANIDAD Y APOYO

No es suficiente contar con infraestructuras para hacer frente al Alzheimer; lo que la ciudadanía demanda a la par es calidad humana, transparencia y acompañamiento. En este sentido, el 84,8 % de los ciudadanos españoles consideran que es muy importante que la atención en residencias especializadas sea cercana y humana; un 65,6 % establecen una gran importancia para la clara transmisión de la información. De esta combinación se derivaría la confianza en las instituciones.
Más del 66 % confían en el ingreso en una residencia especializada para reducir el estrés del cuidado; el 63,5 % cree que mejorará la salud y bienestar familiar; el 60,2 % quiere sentirse acompañado a lo largo de todo el proceso. Así pues, para muchas personas estas residencias no son el final de un camino, sino un apoyo necesario para un tránsito complicado.
Otro matiz a tener en cuenta: la falta de información. El 90,5 % de las personas encuestadas considera que los cuidadores no tienen suficientes recursos de información; casi la mitad considera que estos recursos están hechos solo para los profesionales; un 42 % creen que directamente no hay información importante disponible. La educación de las familias, la formación de tipo físico y emocional dirigida a las familias, la atención ambulatoria, las ayudas económicas, los centros de día especializados se consideran urgencias al mismo nivel que las plazas residenciales.