jueves, 16 octubre 2025

Buscar “tener razón” destruye más parejas que la infidelidad: el error más común en una discusión

- Baya Voce redefine el amor moderno con una idea poderosa: aprender a regular las emociones vale más que tener razón en pareja.

Las relaciones de pareja son un espejo: reflejan lo que somos, lo que tememos y lo que aún necesitamos sanar. Hay personas que logran hablar del amor sin hacerlo parecer un cuento ni un manual, sino un proceso profundamente humano. Baya Voce es una de ellas. Su mirada sobre las relaciones es tan honesta como esperanzadora: la verdadera base del amor no está en el romanticismo ni en el control, sino en algo mucho más simple —y a la vez más difícil—: la regulación emocional.
Porque, según ella, solo cuando aprendemos a calmarnos, a escuchar y a sostener lo que sentimos, es cuando realmente podemos amar sin huir.

Su enfoque —que mezcla psicología, neurociencia y espiritualidad práctica— no habla de “cómo arreglar una pareja”, sino de cómo crecer dentro de ella. Para Voce, el conflicto no es un enemigo a evitar, sino una puerta hacia una intimidad más profunda.

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El conflicto no destruye: lo hace la forma en que lo enfrentamos

pareja
Aprender a calmarse antes de responder cambia toda una relación. Fuente: Canva

Baya Voce parte de una idea tan simple como incómoda: discutir es inevitable.
No porque las parejas estén rotas, sino porque cada persona llega con su historia, su sistema nervioso y su manera de mirar el mundo. “El problema no es discutir —dice—, sino convertir cada conversación en una batalla por tener razón.”
En su visión, no hay una verdad universal, sino dos realidades que intentan encontrarse.

El reto, por tanto, no es “ganar” la discusión, sino aprender a regular las emociones, a quedarse presente cuando el cuerpo pide escapar o atacar. Es ahí, en ese momento en el que uno respira en lugar de gritar, donde empieza la sanación.
“Cuando uno se siente visto y comprendido —aunque no se le dé la razón—, el amor se vuelve un espacio seguro”, afirma.

Tres fases del amor: de la fusión a la libertad compartida

La verdad del amor Merca2.es
El conflicto no destruye: lo hace la forma en que lo enfrentamos. Fuente: Canva

Voce describe las relaciones como un viaje que pasa por tres fases inevitables:
Primero está la fusión, esa etapa en la que todo encaja, los corazones laten al mismo ritmo y parece que hemos encontrado “a nuestra persona”.
Luego llega la lucha de poder, el choque entre las diferencias, los límites y las heridas. Es el momento en que cada uno empieza a mostrarse tal como es.
Y finalmente aparece la interdependencia, ese equilibrio en el que ambos aprenden a sostener su individualidad sin perder la conexión.

La mayoría, dice, se queda atascada en la segunda. Repiten los mismos conflictos, se callan para no discutir o entran en bucles de reproches. “Solo cuando aprendemos a calmarnos y a comunicarnos desde la conciencia, la relación florece”, insiste.

El cuerpo también ama (y se defiende)

Sanar juntos siempre Merca2.es
Las parejas que sanan no buscan tener razón, sino conexión. Fuente: Canva

No se puede hablar de emociones sin hablar del cuerpo.
Para Voce, discutir cansado, con hambre o sin haber dormido bien, cambia por completo la manera en que amamos.
“Lo fisiológico y lo emocional van de la mano”, explica. Un déficit de vitaminas, un desequilibrio hormonal o un exceso de cortisol pueden hacer que un simple malentendido parezca una amenaza.
Por eso, dice, cuidar el cuerpo es cuidar la relación. Comer bien, dormir lo suficiente, respirar hondo antes de responder: son gestos de amor, aunque no lo parezcan.

En sus talleres, Voce suele hablar de la “cuadrícula de la relación”, cuatro modos automáticos de reaccionar al estrés: culpar, explotar, apagarse o complacer. Son respuestas aprendidas, dice, no defectos. Reconocerlas con compasión es el primer paso para transformarlas.

Reparar antes que ganar

Uno de los mensajes más potentes de Voce es que el objetivo después de una discusión no es el acuerdo, sino la sintonía.
Aprender a reparar una conversación rota requiere calma, empatía y tiempo.
“Cuando los dos se dan un espacio para respirar y luego se escuchan sin interrumpirse, la relación se vuelve más fuerte”, explica.
No hace falta entenderse al cien por cien: “El 70% ya es suficiente. El resto es trabajo personal.”

La verdadera reparación ocurre cuando alguien puede decir: “Te entiendo, aunque no piense igual.” Esa frase —tan sencilla y tan rara— reconstruye la confianza más que cualquier disculpa automática.

Sanar juntos, no ser perfectos

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Para Voce, el amor no es destino, sino práctica.
“Las relaciones son gimnasios emocionales”, suele decir. No se trata de encontrar la pareja ideal, sino de aprender juntos a sostener las diferencias sin perder la ternura.

Desde una mirada espiritual, cree que nos unimos para sanar lo que solos no pudimos. Cada pareja se convierte en un espejo donde vemos nuestras heridas y también nuestro potencial de transformación.
Pero la base, insiste, es la confianza. Amenazar con irse, esconder cosas o vivir desde la vergüenza destruye el espacio de seguridad donde el amor puede crecer.

Al final, Baya Voce resume todo su trabajo en una frase que lo dice todo:

“Las parejas sanas no buscan tener razón, sino razones para seguir creciendo juntas.”

Y quizá ahí esté la esencia del amor maduro: dejar de pelear por quién gana y empezar a cuidar el puente que une.


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