miércoles, 15 octubre 2025

Dr. Josen López, médico microbiólogo: “Si una mujer quiere regular su sistema hormonal y no toma vitamina D, seguirá con el desajuste.”

El cuerpo femenino habla todo el tiempo. Solo que, en la mayoría de los casos, no lo escuchamos. El Dr. Josen López, médico microbiólogo con más de 25 años de experiencia y referente en neuronutrición, lleva décadas descifrando ese lenguaje silencioso. Su enfoque es tan científico como humano: mirar la salud hormonal femenina con cuatro “microscopios” distintos —la comida, las hormonas, las toxinas y los traumas—, porque todo está conectado.

Causas de la desregulación hormonal

Estres el gran saboteador Merca2.es
Las grasas naturales son clave para mantener un equilibrio hormonal saludable. Fuente: Canva.

Según el Dr. López, la raíz del problema está en la forma de vida que llevamos. “Vivimos unas vidas muy alejadas del origen natural”, advierte. Hemos cambiado la manera de comer, de movernos, de descansar… e incluso de sentir. En ese proceso de desconexión, el cuerpo entra en modo supervivencia, y el sistema hormonal —tan sensible y preciso— empieza a fallar.

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Cuando una mujer nota cansancio, caída de cabello, apatía o una premenopausia temprana, su organismo está lanzando una señal de auxilio. “El origen suele estar en un déficit de progesterona y de colesterol de primera calidad”, explica. Y sí, esa palabra que tanto miedo da —colesterol— es, en realidad, la materia prima de nuestras hormonas.

El colesterol: el gran malentendido

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Un colesterol de calidad es la base para fabricar hormonas femeninas. Fuente: Canva.

Durante años nos enseñaron que el colesterol era el enemigo. El Dr. López no se cansa de repetir lo contrario: “Para el sistema hormonal de la mujer, un colesterol bajo es sinónimo de fracaso hormonal”.

El cuerpo lo necesita para fabricar progesterona, la hormona que nos calma, nos ayuda a dormir, regula el ánimo y equilibra el ciclo. “Tenerlo por debajo de 180 mg/dL puede ser peligroso”, insiste.

Pero no todo colesterol es igual. Lo importante, dice, no es la cantidad, sino la calidad. Los valores óptimos son un HDL (el “bueno”) por encima de 65 y triglicéridos entre 43 y 90. “Con un colesterol de buena calidad, la mujer se mantiene con energía, piel y cabello sanos, y una regulación hormonal estable.” Incluso el temido LDL —si es de partículas grandes y no oxidadas— es necesario: “De ahí salen las hormonas de primerísima calidad”, asegura.

Alimentación: grasas que curan

Grasas que equilibran hormonas Merca2.es
El estrés crónico roba energía y desregula la progesterona. Fuente: Canva.

El doctor no duda al señalar el problema: la dieta moderna es un sabotaje hormonal. Azúcares, harinas, productos ultraprocesados… Todo ello interrumpe la producción de hormonas y genera inflamación.

“Los antojos antes de la regla no son normales”, explica. “El cuerpo está pidiendo proteínas y grasas, su verdadera materia prima.”
Por eso recomienda volver a lo básico: huevos camperos, vísceras, caldo de huesos, grasas animales. “El cuerpo te está diciendo en la fase premenstrual: basta ya. Necesitamos urgentemente que comas proteínas y grasas de origen animal.”

Suena radical, pero su experiencia clínica lo respalda: las mujeres que recuperan esas fuentes naturales de grasa notan cómo el cuerpo se desinfla, mejora su energía y vuelve a sentirse “en eje”.

Estrés: el ladrón silencioso de hormonas

“Hoy el cerebro cree que nos persigue un león”, dice el Dr. López con ironía. El estrés —laboral, emocional, mental— activa las mismas rutas de alarma que si estuviéramos huyendo de un depredador. En ese estado, el cuerpo fabrica cortisol y adrenalina, las hormonas del estrés, y deja de producir progesterona, la del equilibrio.

“Así que, aunque una mujer tenga la regla, puede no estar ovulando”, explica. Y sin ovulación, el cuerpo pierde su brújula interna. El metabolismo se ralentiza, la tiroides se inhibe, el ánimo decae. “El estrés frena la producción de T3 libre. Es como si el cuerpo bajara la velocidad para sobrevivir.”

Tóxicos invisibles

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Hay otro enemigo que pasa inadvertido: los disruptores endocrinos, esas sustancias que imitan nuestras hormonas y alteran el equilibrio. “Prácticamente todo es estrógeno en el mundo actual, y lo que falta de verdad es la progesterona”, advierte.

Están en los cosméticos, los envases de plástico, las sartenes de teflón o los perfumes. Su consejo es sencillo: acero inoxidable, vidrio y cosmética limpia. Porque cada pequeño gesto cuenta cuando el objetivo es recuperar el equilibrio natural.

Suplementos y descanso: volver a casa

Para el Dr. López, la recuperación del eje hormonal pasa por nutrir el cuerpo con lo esencial: vitamina D, magnesio, aceite de onagra, cúrcuma y ashwagandha. “Son los pilares básicos para reeducar al cuerpo”, resume.

Y si, pese a comer bien, una mujer sigue sin dormir, el motivo puede ser más profundo. “Probablemente su cuerpo sigue en alerta por traumas emocionales o heredados. Si tienes cuerpo y tus padres eran humanos, has heredado trauma.”

Su frase resume una filosofía: la salud no se mide solo en análisis de sangre, sino también en paz interior. “No hay equilibrio hormonal sin calma mental”, concluye con una sonrisa tranquila, la de quien ha visto que el cuerpo, si lo tratas con respeto, siempre encuentra el camino de vuelta a casa.


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