martes, 14 octubre 2025

Por qué conectarte al WiFi del aeropuerto puede costarte tus claves bancarias en 5 segundos

Los atacantes crean redes falsas con nombres idénticos a las oficiales para robar datos sensibles, como contraseñas y claves bancarias, en cuestión de segundos. La forma más eficaz de protegerte es usar siempre una VPN, que cifra tu conexión y hace que tus datos sean completamente ilegibles para cualquier espía.

El alivio que sientes al encontrar una red WiFi gratis en el aeropuerto es casi universal, un pequeño oasis digital tras el ajetreo de los controles de seguridad. Es el momento perfecto para avisar de que has llegado bien, revisar el correo o simplemente matar el tiempo antes de embarcar. Pero, ¿y si te dijera que esa conexión aparentemente inofensiva es una trampa? Que en esos escasos segundos de conexión, un desconocido a tu lado puede estar viendo todo lo que haces en tu móvil, como si mirara por encima de tu hombro. Ese simple gesto de conectarte podría ser el error más caro de tu viaje.

La promesa de una conexión a internet gratuita nos vuelve increíblemente confiados, hasta el punto de bajar todas nuestras defensas digitales sin dudarlo. Pulsamos «aceptar» en términos y condiciones que jamás leemos, buscando esa señal inalámbrica como quien busca agua en el desierto. Sin embargo, en esa misma sala de espera, los ciberdelincuentes aprovechan nuestra necesidad de conectividad para clonar la red oficial, creando un señuelo perfecto para robar información sensible. La pregunta ya no es si es posible, sino cuántos caerán en la trampa antes de que su avión despegue.

Publicidad

EL ESPEJISMO DE LA CONEXIÓN GRATUITA

YouTube video

En cuanto activas la búsqueda de redes, tu móvil muestra una lista que parece de total confianza: «Aeropuerto_Gratis», «WIFI_Terminal_A»… Nombres que invitan a conectarse sin pensarlo dos veces. El problema es que cualquiera con conocimientos básicos puede crear un punto de acceso con un nombre idéntico o muy similar, y es aquí donde empieza el engaño, ya que tu dispositivo no tiene forma de distinguir la red legítima de la fraudulenta. Caes en la red del atacante sin darte cuenta, abriéndole la puerta a toda tu vida digital.

Ese deseo irrefrenable de estar conectado nos lleva a cometer imprudencias que nunca cometeríamos en el mundo físico. No le darías las llaves de tu casa a un extraño, pero sí le entregas el acceso a tus datos más privados sin dudarlo. Una vez que te conectas a esa red inalámbrica maliciosa, el atacante se posiciona entre tu dispositivo e internet, interceptando cada correo que envías, cada foto que subes y cada contraseña que introduces. Es el equivalente a tener a un espía personal durante todo tu tiempo de espera.

¿CÓMO TE ROBAN LOS DATOS EN MENOS DE LO QUE DURA UN ANUNCIO?

El ataque es tan rápido y silencioso que la víctima no se entera de nada, y para cuando quiera reaccionar, el daño ya estará hecho con el WiFi como puerta de entrada. Fuente: Freepik
El ataque es tan rápido y silencioso que la víctima no se entera de nada, y para cuando quiera reaccionar, el daño ya estará hecho con el WiFi como puerta de entrada. Fuente: Freepik

La técnica tiene un nombre que suena a película de espías: «Man-in-the-Middle» u «Hombre en el Medio». Imagina que el atacante es un cartero malicioso que abre todas tus cartas, las lee, y luego las vuelve a cerrar y las entrega sin que notes nada. En el mundo digital, este «cartero» es la red WiFi falsa, ya que todo el tráfico de internet de tu móvil pasa a través del ordenador del ciberdelincuente. Él ve exactamente las mismas páginas que tú, los mismos formularios que rellenas y las mismas conversaciones que mantienes.

El proceso es escalofriantemente rápido y no requiere de un gran despliegue técnico por parte del ladrón de datos. Mientras tú introduces la contraseña de tu correo electrónico o, peor aún, los datos de tu tarjeta para hacer una compra online de última hora, esa información viaja «en abierto». Esto significa que el atacante captura tus credenciales bancarias en texto plano en apenas cinco segundos, sin necesidad de hackear complejos sistemas de seguridad. Simplemente, recoge lo que tú mismo le estás enviando a través de su punto de acceso.

EL «MAN-IN-THE-MIDDLE»: TU PEOR COMPAÑERO DE VIAJE

YouTube video

No solo se trata de que puedan ver qué páginas web visitas. Lo verdaderamente alarmante es el tipo de información a la que acceden de forma inmediata y sin que te percates. Desde los mensajes privados de tus redes sociales hasta los documentos adjuntos en un correo del trabajo, todo queda expuesto. La situación más crítica ocurre cuando accedes a tu banco, porque el atacante puede robar tus claves de acceso y el código de seguridad de tu tarjeta en tiempo real, dándole el control total de tus finanzas antes incluso de que te sirvan el café.

El peligro no termina cuando apagas el móvil o te subes al avión. Una vez que el delincuente tiene tus contraseñas, puede usarlas durante días o semanas, o incluso venderlas en la ‘dark web’ al mejor postor. El robo que comenzó con un simple clic para conectarse a una red inalámbrica en la terminal puede tener consecuencias devastadoras, ya que la usurpación de tu identidad digital puede ser mucho más dañina que el propio robo de dinero. Recuperar el control de tus cuentas y demostrar quién eres puede convertirse en una auténtica pesadilla.

LA LETRA PEQUEÑA QUE NADIE LEE: EL CIFRADO DE DATOS

La clave para entender por qué estas redes WiFi son tan peligrosas reside en una palabra que a menudo ignoramos: el cifrado, o más bien, la ausencia de él. Fuente: Freepik
La clave para entender por qué estas redes WiFi son tan peligrosas reside en una palabra que a menudo ignoramos: el cifrado, o más bien, la ausencia de él. Fuente: Freepik

Cuando navegas por internet de forma segura desde tu casa, la mayoría de las páginas web utilizan el protocolo «HTTPS», ese pequeño candado que ves junto a la dirección web. Este candado significa que la información que envías está cifrada, es decir, convertida en un código ilegible para cualquiera que intente interceptarla. El problema es que en un ataque «Man-in-the-Middle», el atacante puede forzar a tu navegador a usar una conexión «HTTP» sin cifrar, eliminando esa capa de protección sin que te des cuenta.

Incluso si la web que visitas mantiene el cifrado, el simple hecho de estar en una red WiFi controlada por un tercero ya es un riesgo inasumible. El atacante podría redirigirte a páginas de inicio de sesión falsas, clones perfectos de las originales, donde introducirás tus credenciales voluntariamente. Por eso, la única certeza de seguridad en una red pública es asumir que siempre hay alguien escuchando, y actuar en consecuencia para proteger toda la información que sale de tus dispositivos, sin excepciones.

LA SOLUCIÓN NO ES DEJAR DE CONECTARTE, SINO HACERLO BIEN: LA MAGIA DE LA VPN

YouTube video

La solución se llama VPN (Red Privada Virtual). Explicado de forma sencilla, una VPN crea una especie de túnel privado y blindado para tu conexión a internet. Cuando te conectas a través de una VPN, toda la información que envías y recibes viaja por este túnel cifrado de extremo a extremo. Esto significa que, aunque estés usando la red WiFi falsa del atacante, él solo verá un flujo de datos codificados e imposibles de descifrar, como si estuvieras enviando una caja fuerte cerrada sin la combinación. Tus contraseñas y datos bancarios estarán a salvo.

Por tanto, la próxima vez que tus pies pisen la terminal de un aeropuerto y sientas la tentación de conectarte al WiFi gratuito, detente un segundo. Activar una VPN en tu móvil o portátil antes de conectarte es un gesto que apenas lleva unos segundos, pero que marca la diferencia entre un viaje tranquilo y un desastre financiero. No se trata de renunciar a la comodidad de la conectividad, sino de entender que en el mundo digital, como en la vida, la precaución es la mejor compañera de viaje para proteger lo que más te importa, evitando que una simple conexión arruine tu experiencia.



Publicidad