martes, 14 octubre 2025

Dr. Juan Monses (56), cirujano vascular: «Creías que el calambre nocturno era falta de potasio, pero podría ser una señal peligosa de tus arterias y tienes que hacer esto ya»

Este problema circulatorio es un indicador de aterosclerosis generalizada, lo que eleva significativamente el riesgo de sufrir un infarto o un ictus. El tratamiento urgente implica cambios en el estilo de vida, como caminar a diario y controlar el colesterol, el tabaco y la tensión arterial, para proteger tu salud cardiovascular.

Ese inconfundible calambre que te despierta de madrugada o te frena en seco mientras caminas parece solo una molestia, ¿verdad? Siempre hemos pensado que era falta de potasio o cansancio muscular, pero el cirujano vascular Juan Monses (56) nos lanza una advertencia que lo cambia todo, ya que esa punzada podría ser un aviso silencioso de tus arterias y es crucial prestarle atención. ¿Y si ese dolor no fuera muscular, sino vascular?

La idea resuena con fuerza y genera una inquietud inevitable, sobre todo cuando el Dr. Monses asegura que creías que el calambre nocturno era una simple anécdota sin importancia. Su mensaje es claro y directo: ignorar este dolor muscular recurrente es un error que puede costar muy caro porque podría ser una señal peligrosa de tus arterias que te empuja a que tengas que hacer esto ya. Sigue leyendo y descubre por qué.

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¿UN SIMPLE DOLOR O LA PUNTA DEL ICEBERG?

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Mucha gente confunde este síntoma con una sobrecarga, pero la realidad es mucho más compleja y preocupante. Según la visión del Dr. Juan Monses, la falta de oxígeno en los músculos provoca una molestia intensa que obliga a detenerse al caminar, un fenómeno conocido como claudicación intermitente que funciona como una alarma biológica. Este tipo de calambre es, en realidad, un grito de auxilio de tus piernas.

Lo que sucede es un reflejo de un problema que va más allá de las extremidades inferiores. Tal y como insiste el cirujano, lo que ocurre en las piernas es un reflejo de un problema sistémico que afecta a todo el sistema circulatorio, incluyendo las arterias vitales del corazón y del cerebro. La causa de ese calambre es la misma que puede provocar un infarto o un ictus.

LOS CULPABLES SILENCIOSOS QUE OBSTRUYEN TUS ARTERIAS

Aquí exploramos los factores de riesgo que se esconden detrás de la aparición de este peligroso calambre, esos hábitos y condiciones que van dañando la salud de tus vasos sanguíneos. Fuente: Freepik
Aquí exploramos los factores de riesgo que se esconden detrás de la aparición de este peligroso calambre, esos hábitos y condiciones que van dañando la salud de tus vasos sanguíneos. Fuente: Freepik

No aparece de la nada; hay responsables directos que preparan el terreno para que las arterias se deterioren. El Dr. Juan Monses señala directamente al tabaco, el colesterol alto, la diabetes y la hipertensión, ya que el tabaco es el enemigo público número uno porque acelera de forma dramática el endurecimiento de las arterias, facilitando la acumulación de placa. Dejar de fumar es el primer paso innegociable.

Además de los hábitos, el tiempo y la genética también juegan en nuestra contra en el desarrollo de este calambre. A partir de cierta edad, el riesgo se multiplica exponencialmente, incluso en personas que se cuidan, por eso la revisión médica se convierte en una herramienta preventiva fundamental para evitar sorpresas desagradables. Como bien dice el Dr. Monses, la prevención es la mejor estrategia.

LAS SEÑALES QUE TUS PIERNAS TE ESTÁN GRITANDO

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Debes estar atento a más síntomas que acompañan a esa punzada tan característica al caminar. La piel pálida o azulada y unos pies fríos al tacto, incluso en verano, son pistas que complementan el diagnóstico de un problema vascular, como nos recuerda el cirujano Juan Monses. La pérdida de vello en las piernas o un pulso débil en los pies son otros indicadores claros.

Si la situación avanza, las señales se vuelven todavía más evidentes y graves, un aviso de que el calambre era solo el principio. Una pequeña herida que no cicatriza en pies o tobillos, o la aparición de úlceras, indica que la circulación sanguínea es críticamente deficiente y requiere una intervención médica urgente para evitar complicaciones severas como la amputación.

EL DIAGNÓSTICO: ¿QUÉ TE HARÁ EL MÉDICO PARA SABERLO?

Descubre las pruebas sencillas y eficaces que utilizan los especialistas para confirmar si ese calambre esconde una Enfermedad Arterial Periférica y evaluar su gravedad. Fuente: Freepik
Descubre las pruebas sencillas y eficaces que utilizan los especialistas para confirmar si ese calambre esconde una Enfermedad Arterial Periférica y evaluar su gravedad. Fuente: Freepik

Afortunadamente, confirmar la sospecha es un proceso rápido y totalmente indoloro para el paciente. La prueba principal es el índice tobillo-brazo (ITB), y como explica el Dr. Monses, es una prueba sencilla y no invasiva que permite medir con gran precisión el flujo sanguíneo en las extremidades comparando la presión arterial de los tobillos con la de los brazos. Un resultado bajo confirma el diagnóstico.

Si los resultados del ITB no son claros o se necesita más detalle, el especialista puede solicitar otras pruebas. Se suelen emplear ecografías Doppler para visualizar el flujo de sangre y localizar los bloqueos, y en casos más complejos, estas técnicas de imagen ofrecen un mapa detallado de dónde se encuentran las obstrucciones y cuál es su severidad, permitiendo planificar el tratamiento más adecuado.

«TIENES QUE HACER ESTO YA»: EL PLAN DE ACCIÓN DEFINITIVO

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La frase del Dr. Juan Monses, «tienes que hacer esto ya», se traduce en un cambio de hábitos radical e inmediato. El primer pilar del tratamiento es el ejercicio físico supervisado, principalmente caminar a diario, hasta el punto de notar la molestia y descansar, ya que es el mejor entrenamiento para que las arterias creen nuevas rutas y mejoren el riego sanguíneo de forma natural.

Junto al ejercicio y la medicación que pueda recetar el especialista, el control de los factores de riesgo es la clave del éxito a largo plazo. Dejar de fumar, llevar una dieta cardiosaludable y controlar la tensión y el colesterol son acciones indispensables. El objetivo final no es solo aliviar el calambre, sino, como bien concluye el Dr. Monses, proteger el corazón y el cerebro de un evento cardiovascular grave.


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