En España, las personas que superan el umbral de 50 años en situación de desempleo se encuentran con uno de los panoramas más complicados del futuro mercado laboral. Muchos de estos trabajadores son personas con décadas de experiencia, pero al mismo tiempo son quienes soportan el peso de una terrible realidad: el desempleo de larga duración, una limitación en las oportunidades y la incertidumbre ante una cada vez más lejana jubilación. Por ello, las ayudas para este colectivo suponen no solo un alivio, sino un reconocimiento a una vida de trabajo. .
2CUANDO LA EXPERENCIA MERECE RECOMPENSA

El Ingreso Mínimo Vital (IMV) es una prestación social relativamente reciente, que nace con la voluntad de luchar contra la pobreza y la exclusión social y está orientado hacia el futuro, en principio, a quienes no tienen recursos para cubrir sus necesidades básicas, ya sea de manera individual o en forma de unidad familiar. El importe del Ingreso Mínimo Vital varía en función de la composición del hogar, pero para una persona adulta que viva sola, actualmente es de 658,81 euros al mes, es decir, 7.905,72 euros anuales.
Lo más sorprendente es que el Gobierno permite compatibilizar el Ingreso Mínimo Vital con el subsidio para mayores de 52 años siempre que no se sobrepasen los umbrales económicos. En concreto, la suma de ingresos no puede exceder del 75% del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Si se supera esta cantidad se pierde la compatibilidad automáticamente. Esta combinación puede resultar un gran alivio para muchas personas mayores desempleadas que, a pesar del subsidio de 480 euros, se encuentran en una situación de gran precariedad económica. Gracias a esta posibilidad en un futuro, quienes reúnen los requisitos pueden llegar a tener una remuneración mensual ajustada a sus necesidades sin caer en la exclusión social.