domingo, 12 octubre 2025

Gonzalo Fanjul, investigador, advierte sobre el verdadero problema de la migración

La gestión de la migración en Europa revela tensiones profundas entre la necesidad humanitaria, la responsabilidad política y los intereses nacionales. El analista Gonzalo Fanjul invita a repensar el fenómeno más allá de cifras y fronteras.

En la última década, Europa se ha convertido en escenario de un flujo migratorio que desafía no solo las fronteras físicas, sino también las morales. Las rutas hacia el continente, que atraviesan el Mediterráneo o los Balcanes, no son solo trayectos de huida: son la expresión más visible de un mundo en desequilibrio, donde millones de personas se desplazan por conflictos, pobreza o cambio climático.

Gonzalo Fanjul, economista, investigador y cofundador de la Fundación PorCausa, lleva años desmontando los discursos simplistas sobre la migración. Su mirada, más empírica que ideológica, se centra en una pregunta esencial: ¿cómo puede Europa reconciliar su papel de fortaleza con su vocación de refugio?

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El problema y la forma de enfrentarlos

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Según Fanjul, las políticas migratorias europeas han oscilado entre la contención y la indiferencia. Los acuerdos con terceros países, la externalización de fronteras y la criminalización del rescate en el mar son síntomas de una estrategia que prioriza el control por encima de la vida. “Europa no sufre una crisis migratoria —ha señalado en reiteradas ocasiones—, sino una crisis de solidaridad y de coherencia política”.

En España, país de tránsito y destino, el fenómeno tiene una dimensión particular. Desde las costas andaluzas hasta las islas Canarias, miles de personas llegan cada año en busca de oportunidades que su lugar de origen les niega. Sin embargo, más allá de las cifras, Fanjul insiste en mirar la migración desde su costado humano: cada persona migrante es una historia de resiliencia y esperanza, no un dato estadístico.

¿Migración descontrolada o desinformación?

¿Migración descontrolada o desinformación?
Fuente: agencias

La narrativa pública, alimentada por el miedo y la desinformación, ha contribuido a distorsionar el debate. “El discurso político y mediático se ha llenado de mitos”, advierte Fanjul. Uno de ellos es que la llegada de migrantes supone una amenaza para el empleo o la seguridad. La evidencia, sin embargo, apunta en otra dirección: los migrantes contribuyen de forma significativa al desarrollo económico y cultural de los países que los acogen.

En este contexto, PorCausa —la organización que Fanjul impulsó junto a periodistas e investigadores— se ha convertido en un referente del periodismo de datos y la investigación social sobre migraciones. Su objetivo: combatir la desinformación con evidencia y poner rostro a quienes cruzan las fronteras.

Más que una crisis, la migración revela la necesidad de repensar el modelo europeo de convivencia. Fanjul lo plantea como un espejo incómodo que refleja las contradicciones de un continente que se define por los derechos humanos, pero levanta muros ante quienes los reclaman.

El futuro migratorio de Europa dependerá, según él, de una decisión colectiva: ver la movilidad humana como una amenaza o como una oportunidad compartida. La primera conduce al miedo y al aislamiento; la segunda, a una sociedad más abierta y consciente de su responsabilidad global.


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