Dave Asprey, fundador de Bulletproof 360 y conocido como el “Padre del Biohacking”, tiene una visión ambiciosa y un tanto provocadora sobre la vida: “Estoy convencido de que viviré al menos hasta los ciento ochenta años”. Pero para él, el objetivo del biohacking no se limita a estar sano; va mucho más allá. Se trata de despertar cada día sintiéndote increíble, con energía, claridad mental y motivación. Es como si cada mañana pudieras encender una luz interna que te acompañe durante todo el día.
Protocolos de ayuno y nutrición

El ayuno intermitente y la alimentación estratégica son piedras angulares en su enfoque. Aunque Asprey suele bromear diciendo que comer seis veces al día sería “una forma rápida de provocar un infarto”, aclara que lo que realmente importa es la sincronización de las comidas. Según él, lo más beneficioso para el metabolismo es evitar cenar tarde y concentrar la mayor parte de las calorías al mediodía. “Tener el pico de calorías a las dos de la tarde es lo mejor”, asegura. Es un consejo sencillo, pero poderoso, aunque confiesa que socialmente no siempre es fácil de cumplir.
Además, critica la forma en que se simplifican los macronutrientes. “Decir que necesitas X cantidad de proteína al día es puro nonsense, a menos que especifiquen la fuente y la forma”, dice con su característico humor seco. Advierte sobre los excesos: demasiada proteína puede transformarse en amoniaco y afectar la salud a largo plazo.
Su experiencia personal también lo llevó a alejarse de la dieta carnívora estricta que probó al crear “The Bulletproof Diet”. Aunque al principio funcionó —marcó abdominales y mejoró su físico—, a largo plazo notó que su sueño empeoraba y sufrió de intestino permeable. Por eso enfatiza la importancia de la fibra soluble, clave para reducir la mortalidad y mejorar la salud intestinal.
Viajes, biohacks y desarrollo personal

Recientemente, Asprey viajó a Perú y escaló Huayna Picchu sin sentir fatiga ni sed, gracias a sus biohacks y suplementos como Brain Octane, Danger Coffee y Ketone-IQ. Para él, las cetonas no solo ayudan al rendimiento físico, sino que también optimiza el metabolismo y la energía, incluso en altitudes extremas.
Pero su enfoque no es solo físico. Asprey busca recargar cuerpo, mente y espíritu. Recomienda meditación, respiración consciente y técnicas de resolución de traumas antes de aventurarse con psicodélicos, incluida la ayahuasca, que considera “probablemente la medicina vegetal más espiritual y peligrosa” y aconseja tomar solo con chamanes entrenados. Incluso sugiere prácticas como sexo tántrico para liberar DMT de manera natural y preparar la mente para experiencias profundas.
Redefiniendo la salud
Asprey desafía la noción tradicional de salud como meta final: “Desechemos la salud como meta”. Para él, lo que realmente buscamos son cosas concretas: energía, fuerza, resiliencia, cardio, cerebro y control del peso. En su clínica, Upgrade Labs, ha notado que la resiliencia y el manejo del estrés se han vuelto más importantes que la pérdida de peso, mostrando un cambio en cómo la gente valora la salud y la productividad.
Abordando problemas persistentes

Para quienes ya siguen dietas y rutinas de sueño sin ver resultados, Asprey recomienda investigar causas subyacentes: metales pesados, moho tóxico o desequilibrios hormonales. Él mismo lidió con mercurio, plomo y talio, usando análisis especializados para monitorear su recuperación. También recalca la importancia de tiroides y testosterona para energía, metabolismo y motivación, sugiriendo que las hormonas bioidénticas pueden ser un trampolín seguro bajo supervisión médica.
Pasos iniciales para empezar
Para quienes comienzan en biohacking, Asprey recomienda un enfoque gradual:
- Dormir como un profesional: oscuridad total y rutina nocturna optimizada.
- Ayuno intermitente: concentrar calorías al mediodía y evitar comer tarde.
- Alimentación básica: seguir la Bulletproof Diet minimizando toxinas y lectinas.
Para los más agotados, propone estrategias rápidas de energía: adaptógenos, un toque de sal marina al despertar o incluso Modafinil como trampolín, siempre bajo supervisión.
La clave: pequeños pasos, gran efecto
Asprey concluye: “El menor esfuerzo es dormir mejor. El siguiente es comer mejor… y la energía extra que obtienes puedes usarla en la vida, no en distracciones”. Su mensaje es claro: la longevidad y el bienestar no son ciencia abstracta, sino práctica consciente, paso a paso, día a día.
La transformación, como cualquier músculo, se fortalece con constancia. Y mientras más entrenes tu cuerpo y mente, más energía tendrás para vivir, explorar y realmente disfrutar de la vida.