domingo, 12 octubre 2025

«El chocolate blanco no es chocolate»: la aclaración de la maestra chocolatera Sara Blasco (39) que cambiará tu forma de ver las tabletas

Su composición se basa únicamente en manteca de cacao, azúcar y productos lácteos. Se le permite usar ese nombre por contener manteca de cacao, su único vínculo real.

El chocolate blanco siempre ha generado debate, pero la afirmación de la maestra chocolatera Sara Blasco es rotunda. Ella asegura que «el chocolate blanco no es chocolate» y su argumento se basa en un ingrediente clave que le falta, un detalle que desmonta por completo la idea que teníamos de esa delicia de color marfil. ¿Significa eso que hemos vivido en un dulce engaño durante todo este tiempo?

Esa revelación de Blasco nos obliga a mirar la etiqueta de lo que comemos con otros ojos. Puede que te encante el chocolate blanco, pero la ausencia de pasta de cacao en su composición lo descalifica técnicamente, cambiando las reglas del juego para los amantes del manjar blanco. La próxima vez que tengas una tableta en la mano, quizá te preguntes qué es lo que estás comiendo en realidad.

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¿QUÉ ESCONDE REALMENTE ESA TABLETA QUE TANTO TE GUSTA?

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La diferencia fundamental no es un matiz sin importancia, sino la esencia misma del producto. Para que algo sea chocolate de verdad, debe contener sólidos de cacao, el componente que aporta el sabor y el color oscuro, algo que esta tableta dulce no tiene. La afirmación de la chocolatera Sara Blasco se apoya precisamente en esta ausencia irrefutable que define al producto.

Cuando disfrutas de un trozo de chocolate blanco, lo que realmente saboreas es una mezcla muy diferente a la tradicional. De hecho, su base es la manteca de cacao, la grasa extraída del haba, pero sin rastro de la pasta que define al chocolate negro o con leche. Estas elaboraciones con manteca de cacao tienen su propio lugar en la repostería.

LA RECETA DE LA DISCORDIA: AZÚCAR, LECHE Y… ¿DÓNDE ESTÁ EL CACAO?

Analizar los ingredientes del chocolate blanco nos revela por qué la frase "el chocolate blanco no es chocolate" cobra todo su sentido. Fuente: Freepik
Analizar los ingredientes del chocolate blanco nos revela por qué la frase «el chocolate blanco no es chocolate» cobra todo su sentido. Fuente: Freepik

La simplicidad de su receta es, paradójicamente, el origen de toda la controversia que Sara Blasco pone sobre la mesa. Su composición se limita a tres ingredientes principales, donde la manteca de cacao se combina con azúcar y sólidos lácteos, resultando en un perfil de sabor eminentemente dulce y cremoso. Este dulce tan popular debe su textura a esa grasa.

La ausencia de la pasta de cacao lo cambia todo y es el argumento central de la experta. Mientras el chocolate real obtiene su complejidad del cacao, el llamado «falso chocolate» consigue su carácter de la leche en polvo y el azúcar, convirtiéndose en un producto de confitería completamente distinto. Esta es la razón por la que no puede ser considerado como tal.

SI NO ES CHOCOLATE, ¿POR QUÉ LO LLAMAMOS ASÍ?

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El nombre se ha mantenido por una cuestión de costumbre y por su ingrediente principal compartido. Aunque carece de los sólidos, el uso de la manteca de cacao es el único vínculo que lo une a la familia del chocolate, un lazo lo suficientemente fuerte para que la industria y los consumidores lo adoptaran. El chocolate blanco es un caso único en el mundo de la confitería.

La regulación alimentaria también juega un papel clave en esta historia de identidades confusas. La legislación permite esta denominación si cumple ciertos porcentajes, ya que exige un mínimo de un 20 % de manteca de cacao para poder etiquetarlo así, perpetuando una clasificación que, como insiste Sara Blasco, es técnicamente incorrecta para la tableta de color crema.

LA VOZ DE LOS EXPERTOS: «UNA CUESTIÓN DE PURA QUÍMICA»

La ciencia respalda la afirmación sobre el chocolate blanco, separándolo de sus parientes oscuros por razones puramente químicas y compositivas. Fuente: Freepik
La ciencia respalda la afirmación sobre el chocolate blanco, separándolo de sus parientes oscuros por razones puramente químicas y compositivas. Fuente: Freepik

Los maestros chocolateros como Sara Blasco no basan su afirmación en una simple opinión, sino en la propia definición del producto. El chocolate blanco no es chocolate», reitera, porque carece de los antioxidantes y flavonoides presentes en los sólidos del cacao, que son responsables de muchos de los beneficios asociados al consumo de chocolate. Es un dulce sin cacao en su forma más pura.

Esta diferenciación es crucial para entender sus aplicaciones en la cocina profesional. Los chefs valoran su perfil graso y su dulzor, pero saben que su comportamiento al fundir y su sabor no son los de un chocolate real, lo que lo convierte en una excelente cobertura para postres, pero no en un sustituto directo del chocolate con leche o el negro.

¿DEBEMOS DEJAR DE COMERLO? LA RESPUESTA TE SORPRENDERÁ

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La conclusión de Sara Blasco no es un llamado a boicotear este producto, sino a llamarlo por su nombre. La clave no es prohibir su consumo, sino disfrutarlo siendo conscientes de que es un derivado lácteo dulce con grasa de cacao, una elaboración diferente con sus propias virtudes. Este capricho dulce tiene su público y su momento para brillar.

Al final, saber que el chocolate blanco no es técnicamente chocolate no debería arruinarte el placer de comerlo. Se trata simplemente de entender lo que consumimos, una invitación a ser más curiosos con nuestra comida, pues apreciar esta creación sin pasta de cacao por lo que es enriquece nuestra cultura gastronómica. La próxima vez que lo veas, quizás lo mires con otros ojos.


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