sábado, 11 octubre 2025

Manel Domínguez, analista social: “La sociedad trata a los mayores como si sobraran, y eso es inaceptable”

En el contexto actual, un periodo en el que la esperanza de vida se extiende y las sociedades se han envejecido, aparece un fantasma que pocos sociocultores apuntan con la intensidad con la que lo merecería: el maltrato a las personas de edad avanzada. No exageramos si afirmamos que se trata de una “pandemia silente”, dado que su efecto se enlaza con prejuicios, silencios institucionales y con unas dinámicas familiares oscuras. El comunicador y pensador Manel Domínguez, en su obra y en la reflexión pública, nos alerta sobre el edadismo que ha calado de tal forma en la cultura contemporánea que ha dotado a los seniors de un marco social hostil.

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EL MALTRATO «INVISIBLE» EN LA SOCIEDAD

Manel Domínguez, analista social: “La sociedad trata a los mayores como si sobraran, y eso es inaceptable”
Fuente: Freepik

Durante la entrevista realizada, el autor, Domínguez, afirma que el maltrato hacia los mayores supone la gran pandemia de esta sociedad y no se expresa en sentido figurado ya que existen ya miles de denuncias por abuso -en cuanto a su número, las cifras son elocuentes respecto a la distribución del daño-. El maltrato no se expresa únicamente a través de otros tipos de abuso físico sino que puede ser psicológico, económico o de abandono.

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A menudo el agresor más habitual va a ser el propio entorno familiar, lo que deja claro que el daño no viene de los “otros” sino del propio clan de cercanía. La agresión social tiene raíces ancladas de manera profunda en el edadismo institucional. En el discurso público, en la legislación o las políticas sociales, muchas veces se puede ver como las personas mayores se convierten en sujetos pasivos, dependientes o irrelevantes. Si una institución no llega a reconocer de manera completa los derechos de los seniors o su dignidad, esta omisión constituye también un daño.

Domínguez recuerda que la forma de hablar de los medios de comunicación se halla también al servicio de la problemática, es decir, que infantilizar o denostar desde la palabra debe reforzar las ideas de inferioridad. También existe un tipo de maltrato que se hace desde la interioridad: el edadismo autoimpuesto. Muchas personas mayores han aprendido a interiorizar el discurso negativo y llegan a creer que “ya no sirven”.

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