sábado, 11 octubre 2025

Dr. Benjamin Bert, especialista en salud musculoesquelética: “El dolor de espalda baja es una de las razones más comunes por las que la gente va al médico.”

- El Dr. Benjamin Bert recuerda que escuchar al cuerpo es el primer paso para aliviar el dolor lumbar y recuperar el equilibrio.

La espalda habla, aunque a veces no queramos escucharla. Hay dolores que se vuelven compañeros de viaje. Al principio, los ignoramos, pensamos que ya se irán. Pero un día nos damos cuenta de que llevamos meses —o incluso años— conviviendo con ellos. El dolor lumbar es uno de esos viejos conocidos que casi todo el mundo tiene, pero pocos escuchan.

El Dr. Benjamin Bert, especialista en pediatría y medicina interna en Salinas Valley Health, lo explica con la naturalidad de quien ha visto cientos de casos: “Más de ocho de cada diez personas sufrirán dolor lumbar en algún momento de su vida. Y si miras en cualquier momento del año, casi la mitad de la población siente alguna molestia en la espalda.”

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Hace una pausa, como quien quiere que el mensaje cale. “Pero eso no lo convierte en algo normal.
Su tono se vuelve firme, casi paternal: “No hay que aceptar vivir con dolor. Se puede tratar. No hay que aguantarlo en silencio durante años. Esa no es una forma agradable de vivir.”

Y uno casi puede imaginarlo mirándote a los ojos al decirlo, con esa mezcla de cercanía y autoridad que solo tienen los médicos que realmente escuchan.

¿Por qué duele la espalda baja?

espalda
Aprender a reconocer las señales del cuerpo es el primer paso hacia la recuperación. Fuente: Canva

El doctor divide las causas en dos grandes grupos, y lo hace sin tecnicismos, como si le hablara a un paciente en consulta.
“En la mayoría de los casos —más del 85 %—, el problema está en las partes blandas: los músculos o los ligamentos. Esas zonas que se tensan, se contracturan o se lastiman después de un mal gesto, una postura incorrecta o simplemente por el ritmo del día a día.”

Ese tipo de dolor, dice, suele desaparecer por sí solo en unas semanas, aunque puede alargarse si no se trata con mimo. “El cuerpo tiene su propio reloj —añade—, pero hay formas de ayudarlo a recuperarse más rápido.”

El segundo grupo, menos común pero más serio, incluye problemas estructurales o enfermedades: fracturas, nervios comprimidos, infecciones o incluso tumores. “A veces el dolor ni siquiera viene de la espalda”, aclara. “Puede venir de los riñones, el colon o el páncreas, y solo se refleja ahí.”

Por eso insiste tanto en el diagnóstico personalizado. “Lo primero que hacemos es escuchar. Saber cuándo empezó el dolor, dónde lo sientes, cómo ha cambiado. Luego exploramos, y si hace falta, pedimos pruebas. Solo así sabemos si se trata de un dolor común o de algo más grave.”

Cuando la espalda habla de nuestra forma de vivir

Cuatro minutos diarios Merca2.es
Cuatro ejercicios de un minuto al día pueden marcar una gran diferencia. Fuente: Canva

El Dr. Bert asegura que el dolor lumbar es también un reflejo de nuestros hábitos. “Fumar, tener sobrepeso, pasar muchas horas sentados o trabajar bajo estrés constante… todo suma.”
Y lo dice con la calma de quien ha visto a demasiada gente normalizar el malestar hasta que ya no puede moverse.

Pero, según él, el cuerpo solo pide una cosa: equilibrio.
“Estamos hechos para estar erguidos, no encorvados. Para movernos, no para quedarnos quietos.”

Explica que cuando una zona —como el abdomen o la espalda— está débil, el cuerpo compensa sobrecargando la otra. Y ahí empieza el círculo vicioso del dolor. “No hay misterio. Si una parte trabaja más que la otra, al final se rompe el equilibrio… y el cuerpo te pasa la factura.”

Cuatro minutos al día para cambiar tu espalda

Escucha a tu cuerpo Merca2.es
La espalda fuerte y el abdomen activo son la base del equilibrio. Fuente: Canva

El doctor sonríe cuando cuenta su receta más sencilla. No son pastillas ni aparatos caros. “Solo cuatro ejercicios, un minuto cada uno. Cuatro minutos al día.”

Y los enumera con la precisión de quien los ha probado mil veces con sus pacientes:

  • Estiramiento de la espalda: siéntate y trata de tocar los dedos de tus pies, poco a poco.
  • Estiramiento del abdomen: la postura de la cobra, arqueando la espalda suavemente.
  • Fortalecimiento de la espalda: la plancha, apoyado en codos y puntas de pies.
  • Fortalecimiento abdominal: los clásicos abdominales, levantando hombros hacia las rodillas.

Cuatro minutos. Eso es todo. Pero si lo haces cada día, notarás la diferencia.”
Y añade, casi riendo: “Mucha gente tarda más que eso en quejarse del dolor.”

Escuchar al cuerpo antes de que grite

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Su mensaje final suena más a consejo de vida que a diagnóstico. “El dolor lumbar no es un castigo ni una señal de envejecimiento. Es una alerta. El cuerpo te está diciendo: ‘Oye, detente un momento, cuídame.’”

El doctor insiste en que la clave está en escuchar el cuerpo antes de que grite. Moverse más. Estirarse. No dejar que el cansancio se convierta en costumbre.
Escuchar al cuerpo —dice— es el primer paso para curarlo.

Y cuando termina de hablar, uno se queda con la sensación de que, más allá del dolor de espalda, el Dr. Bert está hablando de algo más grande: de cómo nos tratamos a nosotros mismos, de la forma en que aprendemos —a veces tarde— a cuidar lo que nos sostiene cada día.


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