Durante la pandemia, muchos encontraron en el deporte un refugio. Uno de ellos fue David Requena, un joven de 24 años que pasó de ser contable en Andorra a crear un negocio online de fitness que factura más de 10.000 euros al mes. Su historia es la prueba de que la constancia y el aprendizaje pueden transformar no solo el cuerpo, sino también la vida.
Hoy, Requena es uno de los nombres más reconocidos dentro del mundo del fitness digital. Desde sus comienzos entrenando en casa hasta la construcción de un equipo de trabajo, ha demostrado que el esfuerzo y la disciplina pueden convertirse en una fórmula de éxito.
Del espejo a la pantalla: el comienzo de un viaje personal
Antes de convertirse en referente del fitness, David Requena no se sentía a gusto con su cuerpo. Era aquel joven que evitaba quitarse la camiseta en la playa, el que escondía su incomodidad tras sonrisas. Pero con la llegada de la pandemia, algo cambió. “No me sentía bien, y decidí hacer algo al respecto”, recuerda. Fue entonces cuando comenzó a entrenar desde casa, sin imaginar que ese primer paso marcaría el rumbo de su futuro.
Poco a poco, su interés por el fitness creció hasta convertirse en una verdadera pasión. Empezó a formarse, a divulgar su propio proceso en redes y a conectar con personas que veían en él una inspiración real. Su transformación física fue el punto de partida de un cambio mucho más profundo: entender que podía ayudar a otros a conseguir lo mismo.
Dejó atrás la rutina de oficina y se unió a Fit Generation, donde aprendió a profesionalizar su servicio y a construir una marca personal sólida. En poco tiempo, el joven que un día dudaba de sí mismo se transformó en un referente del entrenamiento online, ayudando a cientos de personas a recuperar la confianza y mejorar su bienestar.
El valor del servicio y la constancia como motor del éxito del fitness

Uno de los mayores aprendizajes de Requena fue comprender que el precio de un servicio de fitness no depende solo del tiempo invertido, sino del valor que se entrega al cliente. “El precio del servicio siempre va acorde a lo que hay dentro del servicio”, afirma. Lo que comenzó con tarifas de 50 euros al trimestre hoy asciende a 1.197 euros por seis meses, una evolución que refleja el crecimiento de su propuesta y la calidad de su acompañamiento.
David entiende que el éxito en el fitness online no se basa únicamente en tener conocimientos técnicos. También hay que saber comunicar, vender y conectar con las emociones del cliente. “Muchos entrenadores son buenos, pero no logran transmitir su valor. La habilidad de venta y la empatía son esenciales”, explica.
Su método combina entrenamiento, nutrición y seguimiento personalizado, pero sobre todo, una escucha activa de las necesidades de cada persona. “El cliente no busca una app ni una rutina. Busca recuperar su confianza, volver a mirarse al espejo y sentirse bien”, sostiene con convicción.