sábado, 11 octubre 2025

El secreto del bienestar tras los 60: cómo transformar la salud y la felicidad en tiempo récord

En materia de bienestar, a menudo oímos eso de “ya está todo dicho” o que «a cierta edad no hay más vuelta posible”. Pero el nuevo conocimiento científico empieza a derribar dicha creencia con datos muy optimistas: un estudio de la Universidad de Toronto indica que personas de más de 60 años, aun habiendo iniciado con un bienestar deficiente, obtienen una mejora de su calidad de vida en tan solo tres años. Lo que se quiere indicar con ese hallazgo es que conseguir transformar nuestro camino de vida no depende de la juventud, sino de la voluntad y de la acción dirigida.

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CLAVES PARA EL BIENESTAR

Fuente: Freepik

El segundo apartado del estudio pone de manifiesto cuáles son esos factores “modificables” que tienen un mayor nivel de asociación a la recuperación: en primer lugar, mantener actividad física regularmente se posiciona como la esencia de la receta: moverse, caminar, ejercitarse, mejora tanto el cuerpo como la mente; también el buen dormir, el evitar el insomnio, el realizar un control del peso corporal y mantener adecuadamente el mismo se levantan como pilares de ese cambio positivo.

Al mismo tiempo, aspectos sociales y de estilo de vida toman la posta: la dejadez del tabaco, la interacción con las otras personas en el medio en el que se vive, la participación en actividades interpersonales (incluso, por ejemplo, las de carácter comunitario) contribuyen sobremanera. En el estudio se muestra que personas que presentan vínculos sociales pueden interrelacionarse con el medio, están mucho más cerca de moderar correctamente su bienestar que personas que, permaneciendo aisladas, no se relacionen significativamente.

En resumen, las decisiones cotidianas, aunque no se aprecien relevantes, son las que decantan la balanza hacia el triunfo. Pero, y aquí viene la otra parte, lo que sí requiere eso no es solo un buen hábito: la altura de la fase de tener un buen respaldo emocional y psicológico sí podría hacer necesaria –el estudio aporta la prueba de que personas ancianas con fortaleza psicológica inicial parecen beneficiarse de tener buenas condiciones de partida para enfrentarse al cambio.

Por eso, la intervención comunitaria, el acompañamiento profesional y los entornos de apoyo se convierten en una parte significativa: en la medida que ese entorno favorece esos esfuerzos, la recuperación no será solo posible, sino real. Los ecos de este descubrimiento social son profundos. Durante un dilatado periodo de tiempo, el fenómeno del envejecimiento ha sido conceptualizado desde el punto de vista de la pérdida y del deterioro. Esta investigación desmonta esa idea: defiende que la vejez no necesariamente debe vincularse a la mera idea de deterioro irreversible.

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