domingo, 12 octubre 2025

Dra. Marcela López, ginecóloga: «Un tema frecuente es creer que los anticonceptivos hormonales pueden afectar la fertilidad, y ahí la respuesta rotunda es: NO.»

- La ginecóloga Marcela López aclara mitos y verdades sobre los anticonceptivos, su uso prolongado y la fertilidad femenina.

Los anticonceptivos siguen rodeados de mitos que merecen aclararse. Hay preguntas que se repiten en los pasillos, en las sobremesas entre amigas o en los foros de internet. ¿Puedo quedarme estéril si tomo pastillas mucho tiempo? ¿Y si llevo años con un dispositivo hormonal?
La Dra. Marcela López sonríe porque las ha escuchado miles de veces. Y entiende la preocupación. “El problema —dice— es que hay demasiada información circulando, y no toda es cierta.”

Ginecóloga, especialista en endocrinología ginecológica y climaterio en la Clínica Alemana, académica en la Universidad de Santiago y expresidenta de la Sociedad Chilena de Endocrinología Ginecológica, Marcela López habla con la serenidad de quien lleva años acompañando a mujeres en todas las etapas de su vida.
“Mi trabajo —explica— es que cada mujer entienda su cuerpo y se sienta segura con lo que decide.”

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Mitos sobre la fertilidad y el uso continuo

anticonceptivos
La Dra. Marcela López aclara que los anticonceptivos no afectan la fertilidad. Fuente: Canva.

Entre los mitos más persistentes, hay uno que parece inagotable: la idea de que los anticonceptivos hormonales pueden afectar la fertilidad.
La respuesta, dice la doctora sin rodeos, es “no, rotundamente no.”

Explica que muchas veces la confusión viene de otro lado. Algunas mujeres usan anticonceptivos para tratar un problema hormonal de base —síndrome de ovario poliquístico, reglas irregulares, acné— y, cuando tiempo después intentan embarazarse y no lo logran, culpan a las pastillas. “Pero el anticonceptivo no tiene la culpa”, aclara. “El problema ya estaba antes.”

Su acción se limita al tiempo en que se usa. En cuanto se suspende o se retira el dispositivo, la fertilidad vuelve enseguida. “Una mujer puede quedar embarazada incluso al mes siguiente”, comenta con una sonrisa.

Y aprovecha para desmontar otro clásico: ese antiguo consejo de “esperar unos meses” tras dejar el método para “limpiar” el cuerpo. “Era un error gigantesco —afirma—, porque los primeros meses después de suspenderlo son justo los de mayor probabilidad de embarazo.”

También recuerda algo que a veces olvidamos: la fertilidad femenina empieza a bajar a partir de los 35 años. Por eso, si una mujer planea postergar la maternidad, recomienda consultar a tiempo con un especialista y considerar la congelación de óvulos. “No es un mandato —dice—, es una manera de cuidar la posibilidad de elegir más adelante.”

Riesgos y uso prolongado

Anticonceptivos y confianza Merca2.es
Usar anticonceptivos con orientación médica es clave para la salud femenina. Fuente: Canva.

Otra pregunta recurrente: ¿qué pasa si uso anticonceptivos durante años?
La doctora respira y se toma un segundo antes de responder. “Depende. No hay una sola respuesta para todas.”

Los métodos hormonales combinados —aquellos que contienen estrógenos— pueden aumentar el riesgo de tromboembolismo o hipertensión, pero solo en mujeres con factores de riesgo previos. “En mujeres sanas, ese riesgo es muy bajo. Y si se hace un buen seguimiento médico, es completamente controlable.”

El momento más delicado, explica, son los primeros tres meses de uso. Luego, el cuerpo se adapta. “Por eso no es bueno estar cambiando ni interrumpiendo las pastillas cada poco tiempo.”
Y agrega una frase que sus pacientes suelen recordar: “Si suspendo el anticonceptivo un mes y lo reinicio, parto de cero este riesgo tromboembólico.”

Más allá de la parte técnica, la doctora insiste en algo esencial: la constancia es una forma de cuidado. Interrumpir el método sin razón deja el cuerpo desprotegido y aumenta las posibilidades de embarazo no planificado.

El valor del control médico

Rompiendo mitos femeninos Merca2.es
Cada cuerpo es distinto: la clave está en escucharlo. Fuente: Canva.

Para Marcela López, la medicina sigue siendo, ante todo, un vínculo humano.
“Cada mujer es distinta”, repite varias veces durante la conversación. “Por eso, el anticonceptivo no se elige en Google ni porque le resultó bien a una amiga. Se elige mirando a la persona, no a la estadística.”

Explica que los controles periódicos son parte del autocuidado, no una formalidad. “Hay enfermedades que no dan síntomas al principio —como la hipertensión o algunos problemas de coagulación—. Si no las controlas, pueden volver riesgoso algo que antes era seguro.”
“Los controles son la llave para mantener la seguridad y la tranquilidad.”

A veces, cuenta, hay que cambiar de método, no porque el anterior estuviera mal, sino porque el cuerpo cambia. “Somos cíclicas, no solo en lo hormonal, también en lo vital. Lo importante es acompañar esos cambios sin miedo.”
“Lo importante es acompañar esos cambios sin miedo.”

Un mensaje para las mujeres

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Antes de terminar, la doctora se queda un momento en silencio. Luego sonríe y dice:
“Los anticonceptivos no dañan la fertilidad. No son enemigos. Son herramientas.” Lo importante es usarlos bien, con información y acompañamiento médico.

Y añade una frase que resume toda su filosofía: “Cuidarse no es desconfiar del cuerpo, es aprender a escucharlo.”


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