jueves, 9 octubre 2025

Glovo pasa de las sanciones de trabajo a las denuncias de sus propios riders

Ya no tiene presión del gobierno, pero los riders de Glovo todavía no dejan dormir bien a la empresa entre denuncias e impugnaciones

Demandas por cambios de horarios y condiciones de trabajo, despidos improcedentes, y sanciones impugnadas. La situación legal de Glovo con sus repartidores «recién contratados» se ha vuelto casi tan compleja como lo era su tensión permanente con la inspección y el ministerio de trabajo por seguir usando autónomos. La realidad es que tras un proceso de contratación que ha sido más complicado de lo esperado por la empresa y su matriz, tanto por adaptar este modelo a las exigencias de sus usuarios como por la situación legal compleja en la que quedaban algunos repartidores que tenían años operando como autónomos con ellos, y que, por tanto, tenían una antigüedad que tomar en cuenta tanto para una contratación como para un despido. 

Es que tras un proceso que en su momento tanto Glovo como su empresa matriz, la alemana Delivery Hero, calcularon que podía costar hasta 100 millones de euros, todo indica que pueden haberse quedado cortos en algunos puntos. Es que incluso si tienen éxito en sus contiendas legales, la empresa sigue sumando nuevos casos, y estos además tienen un efecto reputacional entre posibles repartidores, que conociendo la situación pueden pensarlo dos veces antes de apostar por el unicornio español como un posible empleador. Lo cierto es que solo hace falta hablar con los repartidores para notar su molestia palpable. 

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Un repartidor de Glovo en bicicleta por una calle de Madrid, 29 de agosto de 2025, en Madrid (España). Fuente: Agencias
Un repartidor de Glovo en bicicleta por una calle de Madrid, 29 de agosto de 2025, en Madrid (España). Fuente: Agencias

Si hay una de estas denuncias que se ha multiplicado, y que se ha traducido en varios intentos de impugnación de sanciones, es la del castigo que reciben los repartidores por solicitar la reasignación de pedidos de larga distancia. Antes los repartidores, como los conductores de las nuevas VTC, celebraban estos pedidos largos por cómo se traducen en bonos de facturación, pero con el nuevo modelo esta realidad ha cambiado, y además a pesar de haber contratado a estos trabajadores Glovo no se hace aún responsable de sus vehículos, y el desgaste en las motos que generan estos pedidos se ha traducido en molestia de muchos riders. 

Es cierto que no todas las impugnaciones y denuncias en contra de Glovo se traducirán en victorias de los riders molestos. La realidad dice que los de Oscar Pierre están preparados para denuncias y sanciones, como lo han demostrado varias veces en España tras las acusaciones de operar con ‘falsos autónomos’, que más de una vez terminaron en victorias en tribunales de la empresa fundada en Cataluña. Aun así, la pelea contra la ‘Ley Rider’ demostró generar desgaste no solo económico sino reputacional para la empresa, que seguramente no quiere quedar ahora en un ciclo parecido. 

LOS REPARTIDORES SIGUEN ENFRENTÁNDOSE A GLOVO

Lo cierto es que esta situación se suma a una denuncia colectiva en la inspección de trabajo firmada por más de 30 repartidores de Madrid, y una posible huelga que se ha discutido ya de forma abierta entre ellos, con un comité de huelga que está buscando apoyos suficientes para llevarla a cabo de forma legal, es evidente que la situación de los riders en la capital es tensa. Para la mayoría de ellos, el proceso de contratación ha empeorado sus ingresos, sus opciones de trabajo y los ha dejado igual de abandonados que en el pasado, además deben seguir haciéndose responsables de sus vehículos. 

En cualquier caso, la empresa sigue revisando la realidad de los nuevos contratos. Parte del problema es que el texto está diseñado sobre un convenio de mensajería escrito en 2006, mucho antes de que existieran las actuales aplicaciones de delivery con sus exigencias de trabajo e inmediatez. Esto ha hecho que varios repartidores señalen el mismo como la causa de una parte importante de los problemas que enfrentan con el nuevo modelo de trabajo de la empresa, y que no han mejorado en los últimos meses a pesar de los cambios que ha intentado manejar la propia Glovo. 

De momento los que han podido han abandonado el barco. Algunos han conseguido el despido, otros han bajado los brazos y asumido su baja voluntaria, además algunos mantienen su contrato mientras siguen operando con la cuenta ya abierta en Uber Eats. Sin embargo, esto tampoco será una solución por mucho tiempo, pues todo indica que la historia se repetirá.

UBER EATS EN EL PUNTO DE MIRA DEL GOBIERNO 

Mientras que se mantiene el drama de Glovo, el principal rival de la empresa española en el país, y la única plataforma de delivery que sigue operando con autónomos, Uber Eats, empieza a lidiar con la presión que tenía hasta hace poco la empresa fundada por Oscar Pierre. Ya han lidiado con una primera inspección de trabajo y la Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, insiste en que caerá sobre ellos «Todo el peso de la ley».

Un repartidor de Uber Eats durante el Toque de queda del confinamiento. Fuente: Agencias
Un repartidor de Uber Eats durante el Toque de queda del confinamiento. Fuente: Agencias

No es un detalle menor, y los riders mantienen su preocupación ante esta nueva realidad. Para muchos, la nueva presión sólo puede traducirse en un problema similar al que atraviesan ahora en Glovo, o bien en el cierre de una empresa que consideran una opción clave de trabajo. 


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