En el corazón del debate público, la palabra migración suele aparecer acompañada de cifras, fronteras y titulares alarmistas. Pero detrás de esos números hay historias de personas que buscan lo mismo que cualquiera: seguridad, oportunidades y una vida digna. Esa es la mirada que defiende Gonzalo Fanjul, director de políticas en la Fundación PorCausa y una de las voces más lúcidas en el análisis de los movimientos migratorios en España y Europa.
Según Fanjul, hablar de migración sin contexto es uno de los grandes errores de nuestro tiempo. “Estamos ante un fenómeno estructural, no una crisis”, afirma con frecuencia. En su opinión, los flujos migratorios no son un problema que deba resolverse, sino una realidad que debe gestionarse con inteligencia y empatía.
1La migración más allá del miedo

En España, la conversación sobre migración suele girar en torno a la seguridad, las fronteras o el empleo. Sin embargo, Fanjul insiste en que la narrativa del miedo ha distorsionado la percepción social. “No es cierto que la migración masiva esté colapsando el mercado laboral ni los servicios públicos. Lo que hay es una falta de gestión y de políticas adaptadas a la realidad actual”, explica.
Los datos respaldan su visión: más del 10% de la población activa en España es de origen extranjero, y una parte importante trabaja en sectores esenciales como la agricultura, el cuidado de mayores o la hostelería. Sin su aportación, recuerda Fanjul, la economía se resentiría gravemente.
Además, señala que el envejecimiento demográfico en Europa convierte a la migración en una herramienta necesaria para sostener los sistemas de pensiones y mantener el equilibrio social. “Negar la migración es como negar la lluvia: puedes discutirla, pero va a seguir ocurriendo”, resume con ironía.