jueves, 9 octubre 2025

Doctor Josep Maria Fericgla (77), antropólogo: “La mayoría vive como perros sin comprender la vida humana”

- Josep María Fericla explica cómo vivir plenamente y desarrollar la conciencia humana.

Hace más de 15 años, Josep María Fericla, doctor en antropología y experto en estados de conciencia y ritos iniciáticos, empezó a mirar la vida de una manera que pocos se atreven. Su enfoque combina investigación profunda con experiencia vital, y lo más valioso es que no habla desde teorías abstractas, sino desde la vida misma, con sus tropiezos, aprendizajes y observaciones. Es como si nos tomara de la mano y nos dijera: “Mira, esto es lo que estamos haciendo, y quizá no nos estamos dando cuenta de lo importante.”

La vida que dejamos pasar

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Fericla invita a replantear nuestra vida humana y hábitos diarios. Fuente: Canva

Fericla sostiene que muchas personas viven sin realmente ser humanas, atrapadas en rutinas automáticas que parecen programadas. “La mayor parte de gente viven como perros exactamente igual: nacen, persiguen placer, comen, se reproducen, mueren… y ni se han enterado de lo que es la vida humana”, afirma.

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Piénsalo un momento. ¿Cuántos días dejamos que pasen sin preguntarnos qué queremos realmente, sin detenernos a respirar, a sentir, a mirar más allá de la pantalla del móvil o de la oficina? Fericla nos hace sentir un pequeño cosquilleo incómodo: ¿estamos viviendo o solo existiendo?

La conciencia que nos trasciende

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La conciencia de uno mismo permite trascender y vivir con autenticidad. Fuente: Canva

Para él, el verdadero propósito de la vida humana es desarrollar la autoconsciencia, algo que llama “conciencia de la propia conciencia”. No depende del cuerpo, ni de la edad ni de los logros, y cuando se cultiva, puede trascender incluso la muerte física. “Si uno se ha ido trabajando y desarrollando esta conciencia, cuando el cuerpo deja de funcionar, esta esfera de consciencia se mantiene y es lo que perdura”, explica.

Es como imaginar que dentro de nosotros hay una luz que sigue brillando aunque todo lo demás desaparezca. Ese brillo no depende del tiempo ni de las circunstancias; es algo que cultivamos y que, en cierto modo, nos hace inmortales.

Lo que nos aleja de nosotros mismos

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Los ritos iniciáticos ayudan a liberar el inconsciente y regenerarse. Fuente: Canva

Fericla no se queda en la teoría. Critica muchas prácticas modernas de crecimiento personal y espiritualidad, especialmente las que llegan de Oriente y se han popularizado en Occidente, como el yoga o la meditación. “Todas estas técnicas… lo que hacen es alimentar el narcisismo”, dice con claridad.

Añade que obsesionarse con “mejorarse” constantemente es inútil: el único cambio real es aceptarse tal como eres. Y sobre la moda de “cultivar el niño interior”, Phil no se anda con rodeos: “El niño interior hay que matarlo sin contemplaciones.” Su mensaje puede sonar duro, pero es un llamado a dejar de aferrarnos a excusas, a miedos y a fantasías que nos impiden crecer de verdad.

Respecto a la muerte, Fericla la presenta de manera radicalmente distinta: prepararse para morir es un acto de vida, no algo lúgubre. “Cada uno muere como ha vivido literalmente”, dice. Pensar, sentir y actuar en coherencia no es solo un consejo filosófico; es la manera de vivir con autenticidad y paz interior.

Rituales y límites: volver a lo esencial

Uno de los puntos que más insiste Fericla es la importancia de los límites, algo que la sociedad moderna ha olvidado. “La función principal de lo masculino es poner límites”, explica. Sin esos límites —y sin la presencia paterna— se genera desorden: “Desde que el padre ha perdido su presencia en la familia, han regresado las bandas de jóvenes machos… es lo mismo que pasaba en el neolítico.”

También habla de enteógenos y ritos iniciáticos, recordándonos que estas herramientas funcionan de verdad solo en contextos ritualizados y comunitarios. “Nuestra mente bebe del entorno… la ayahuasca no se puede tomar de cualquier manera; hay que hacerlo dentro de marcos que den contención y comunidad. Eso es lo que cura, no solo la sustancia”, explica.

En sus talleres de respiración olorénica, los participantes experimentan abrir las puertas de la percepción y liberarse de los preconceptos que arrastran en su inconsciente. Son experiencias que permiten morir simbólicamente y regenerarse, deshaciendo patrones de narcisismo y egocentrismo.

Una invitación a vivir plenamente

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Con estas reflexiones, Josep María Fericla nos invita a repensar la vida humana y nuestra conexión con nosotros mismos, a valorar la autoconsciencia y la necesidad de estructuras que nos guíen. Vivir plenamente no es una moda ni un ejercicio de autoayuda rápida; es un trabajo constante, profundo y consciente que nos permite reconectar con lo más esencial de nuestra humanidad.

Es un recordatorio amable (y también un poco incómodo) de que si queremos ser humanos de verdad, debemos mirar, cuestionar y actuar desde el corazón y la conciencia, y no dejarnos arrastrar por la rutina, el ego o la superficialidad de la sociedad moderna.


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