domingo, 23 noviembre 2025

«El modo ECO de tu coche es una mentira que fuerza el motor y puede provocar una avería de 3.000€», desvela el ingeniero mecánico Iván Herráez (46)

El botón que promete ahorrarte dinero podría estar arruinando tu motor silenciosamente. Descubre por qué una conducción "eficiente" en ciudad es la receta para una avería inesperada.

El modo ECO de tu coche esconde una promesa que todos queremos creer, la de reducir el consumo y, de paso, nuestras visitas a la gasolinera. Sin embargo, lo que parece una solución mágica para el bolsillo es en realidad un arma de doble filo. La realidad es que, según desvela el ingeniero mecánico Iván Herráez, el modo ECO esconde una trampa que podría costarte muy cara y que afecta directamente a la salud de tu automóvil.

¿Y si te dijeran que ese gesto tan simple de pulsar un botón te está llevando por el camino más corto hacia el taller? Suena contradictorio, pero la lógica detrás de esta advertencia es aplastante. Ahorrar unos céntimos en cada kilómetro puede parecer una victoria, pero en el contexto de la conducción urbana, ese ahorro en combustible se convierte en una bomba de relojería para la mecánica de tu vehículo. ¿Quieres saber por qué? Sigue leyendo.

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¿QUÉ ES REALMENTE EL MODO ECO Y POR QUÉ PARECE UNA BUENA IDEA?

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Cuando activas esta función en tu coche, el sistema pone en marcha una serie de ajustes diseñados para maximizar la eficiencia. No es magia, es pura gestión electrónica. La centralita del vehículo limita la respuesta del motor, de manera que el sistema capa la respuesta del acelerador para suavizar la entrega de potencia, y si tu coche es automático, también modifica la gestión de las marchas para que el cambio a una superior se realice a revoluciones muy bajas.

La teoría es impecable y, sobre el papel, funciona. El objetivo es claro: reducir las emisiones contaminantes y bajar el gasto en carburante, una obsesión lógica en los tiempos que corren. De hecho, los fabricantes aseguran que su uso puede disminuir el consumo de forma notable en determinadas circunstancias. Pero la clave está precisamente ahí, en las «circunstancias», porque la promesa es reducir el consumo hasta en un 20 % en ciertas condiciones, y la ciudad no es una de ellas.

LA CARBONILLA: EL ENEMIGO SILENCIOSO QUE CREAS AL CONDUCIR «DEMASIADO BIEN»

Aquí empieza el verdadero problema, en ese régimen de giro tan bajo al que nos obliga el modo ECO. Al llevar el coche constantemente ahogado, a muy pocas revoluciones por minuto, la combustión del carburante no es completa. Esto provoca que el motor no alcanza la temperatura óptima para quemar todos los residuos que se generan en el proceso, dando lugar a la temida carbonilla, un hollín que se acumula en partes vitales de la mecánica.

Poco a poco, esta especie de chapapote se va adhiriendo a las piezas internas de tu coche, obstruyendo conductos y dificultando su correcto funcionamiento. Es la pescadilla que se muerde la cola: buscas eficiencia, pero generas un residuo que hace que tu coche funcione peor. Imagínalo como el colesterol en las arterias; al principio no se nota, pero con el tiempo, esta carbonilla se adhiere a las piezas internas como el colesterol en las arterias, estrangulando lentamente el propulsor.

VÁLVULA EGR Y FILTRO DE PARTÍCULAS: LAS PRIMERAS VÍCTIMAS DE TU AHORRO

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Una de las primeras piezas en sufrir las consecuencias de esta acumulación de hollín es la válvula EGR. Su misión es reintroducir parte de los gases de escape en la admisión para reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx). Conducir a bajas vueltas hace que esos gases sean más sucios y, con el tiempo, la válvula EGR se atasca con la carbonilla y deja de funcionar correctamente, provocando tirones, pérdida de potencia y una temida luz de avería en el cuadro de mandos de tu vehículo.

En los motores diésel modernos, y cada vez más en los de gasolina, el otro gran afectado es el filtro de partículas (FAP). Este componente atrapa las partículas de hollín para que no salgan al exterior. Para limpiarse, necesita alcanzar una temperatura muy alta, algo que solo ocurre circulando a un régimen de revoluciones más elevado durante un tiempo sostenido. Si solo usas el coche en ciudad y en modo ECO, el filtro de partículas no puede autolimpiarse y acaba completamente obstruido, una avería muy costosa.

LA OPINIÓN DEL EXPERTO: «ES UNA MENTIRA PIADOSA DE LOS FABRICANTES»

Iván Herráez, ingeniero mecánico con más de dos décadas de experiencia en el sector, es tajante al respecto. «El modo ECO es una especie de mentira piadosa de las marcas», afirma. «Está diseñado para brillar en las pruebas de homologación de consumo y emisiones, no para el uso real y diario que la mayoría de conductores le da a su coche«. Según Herráez, el modo ECO está pensado para homologar consumos y no para el día a día en ciudad, donde el motor sufre estas consecuencias.

El coste de ignorar esta realidad puede ser muy elevado. Una limpieza o sustitución de la válvula EGR ya supone un desembolso considerable, pero si el problema llega al FAP, la factura se dispara. «Estamos hablando de reparaciones complejas», advierte el experto. «Entre la sustitución del filtro, la mano de obra y posibles daños colaterales en otros sensores, la factura de la reparación puede superar fácilmente los 3.000 euros«, sentencia, una cifra que anula cualquier ahorro previo en combustible.

¿SIGNIFICA ESTO QUE NUNCA DEBO USAR EL MODO ECO? GUÍA DE SUPERVIVENCIA

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Entonces, ¿debemos demonizar este botón y no volver a pulsarlo jamás? La respuesta es no, pero hay que saber cuándo usarlo. El modo ECO puede ser un gran aliado en viajes largos por carretera o autovía, cuando mantenemos una velocidad constante y el motor gira a un régimen estable. En esas condiciones, el modo ECO es útil en autovía a velocidades sostenidas y no en trayectos urbanos cortos y con constantes paradas y arranques, que es su peor escenario.

La clave, al final, reside en el sentido común y en conocer un poco mejor cómo funciona tu coche. No se trata de renunciar al ahorro, sino de encontrar un equilibrio. La próxima vez que cojas tu coche, piensa en darle un respiro. De vez en cuando, especialmente si conduces mucho por ciudad, es recomendable salir a carretera y circular durante unos minutos a revoluciones más altas para «darle una alegría» al motor. Al fin y al cabo, lo ideal es combinar una conducción tranquila con momentos de mayor exigencia para limpiar el sistema y asegurar una larga vida a tu máquina.


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