martes, 7 octubre 2025

Laura Fuentes (42), tecnóloga de alimentos: «Millones de españoles desayunan esto creyendo que adelgazan, pero solo consiguen inflamar el cuerpo y acumular más grasa»

La relación directa entre los picos de insulina matutinos, la inflamación y la grasa abdominal. Alternativas saludables para un desayuno que regule la energía y evite la acumulación de grasa.

Millones de españoles desayunan cada mañana un tazón de avena instantánea convencidos de que están tomando el camino más corto hacia una figura más esbelta y una salud de hierro. Lo que no imaginan es que ese gesto, aparentemente inocente, podría estar saboteando todos sus esfuerzos, tal y como advierte la tecnóloga de alimentos Laura Fuentes (42), que ha puesto el foco en un enemigo silencioso que se cuela en nuestra primera comida del día y convierte un supuesto alimento saludable en una bomba de relojería para el metabolismo. ¿Y si te dijera que tu desayuno te está inflamando?

La contundente afirmación de Fuentes resuena con fuerza: «millones de españoles desayunan esto creyendo que adelgazan, pero solo consiguen inflamar el cuerpo y acumular más grasa». Esta advertencia nos obliga a mirar con otros ojos ese sobre de avena que se prepara en un minuto, una opción para empezar el día que promete mucho pero que, según la experta, esconde una verdad incómoda y su consumo habitual provoca picos de glucosa que activan la acumulación de grasa abdominal. Sigue leyendo y descubre por qué.

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¿EL GRAN ENGAÑO DEL DESAYUNO SALUDABLE?

La avena instantánea es un alimento que muchos desayunan pensando que es la opción más sana, pero la realidad es otra. Fuente: Freepik
La avena instantánea es un alimento que muchos desayunan pensando que es la opción más sana, pero la realidad es otra. Fuente: Freepik

El marketing nos ha vendido la avena como el superalimento definitivo para la primera comida del día, asociándola a un estilo de vida saludable y activo. Sin embargo, como bien señala Laura Fuentes, no toda la avena es igual, y la versión instantánea es el ejemplo perfecto de cómo un buen producto puede pervertirse y la industria alimentaria ha transformado el grano entero en un producto ultrarrápido y menos nutritivo. Esa comodidad que nos ofrecen tiene un precio oculto para nuestra salud que a menudo ignoramos.

La diferencia fundamental reside en su procesamiento, un detalle que pasa desapercibido para la mayoría de consumidores que buscan una opción matutina rápida. El grano de avena tradicional, el de cocción lenta, conserva toda su fibra, mientras que la avena instantánea está precocida y molida tan finamente que pierde gran parte de su estructura fibrosa, alterando por completo la forma en que nuestro cuerpo la absorbe. Esta es la primera pieza del puzle para entender la advertencia de Fuentes.

LA VERDAD OCULTA DETRÁS DEL ÍNDICE GLUCÉMICO

El índice glucémico de lo que muchos desayunan determina la respuesta del cuerpo y su tendencia a acumular grasa. Fuente: Freepik
El índice glucémico de lo que muchos desayunan determina la respuesta del cuerpo y su tendencia a acumular grasa. Fuente: Freepik

Puede que el concepto «índice glucémico» (IG) te suene a chino, pero es más sencillo de lo que parece y vital para entender qué ocurre cuando eliges este alimento para empezar el día. Mide la velocidad con la que un alimento eleva el azúcar en sangre y los alimentos con un IG alto se digieren rápidamente provocando una subida brusca de glucosa, lo que obliga al páncreas a trabajar a marchas forzadas para liberar una gran cantidad de insulina.

Aquí es donde la avena instantánea se delata como una falsa aliada en tu objetivo de perder peso, un punto en el que insiste la tecnóloga Laura Fuentes. Al haber sido despojada de su fibra y estructura, presenta un índice glucémico mucho más alto que la avena tradicional, y esta rápida absorción se traduce en un torrente de azúcar que inunda la sangre de forma casi inmediata, generando el pico de insulina del que nos alerta la experta al comer por la mañana.

CUANDO TU DESAYUNO TE INFLAMA SIN QUE LO SEPAS

La inflamación crónica de bajo grado es una consecuencia directa de lo que millones desayunan cada mañana sin ser conscientes. Fuente: Freepik
La inflamación crónica de bajo grado es una consecuencia directa de lo que millones desayunan cada mañana sin ser conscientes. Fuente: Freepik

Esa montaña rusa de glucosa e insulina que se desata tras romper el ayuno con avena procesada no es gratuita. El cuerpo responde a estas subidas y bajadas bruscas con un estado de alerta constante, y como subraya la experiencia de Laura Fuentes, estos picos de insulina repetidos día tras día fomentan un estado de inflamación sistémica de bajo grado, un enemigo silencioso que está detrás de muchísimos problemas de salud modernos, desde la fatiga hasta enfermedades metabólicas.

Quizás notes hinchazón, cansancio a media mañana o una extraña necesidad de volver a comer algo dulce poco después de tu supuesto desayuno saludable. No es tu imaginación; es tu cuerpo reaccionando. Millones de personas desayunan este producto y no comprenden que la inflamación crónica mina tu energía y dificulta enormemente la pérdida de peso, creando un círculo vicioso del que es difícil salir si no se ataca la raíz del problema, que está en el propio hábito del desayuno.

EL SECRETO POR EL QUE ACUMULAS GRASA EN EL ABDOMEN

La grasa abdominal es una de las más peligrosas y lo que algunos desayunan tiene una relación directa con su aparición. Fuente: Freepik
La grasa abdominal es una de las más peligrosas y lo que algunos desayunan tiene una relación directa con su aparición. Fuente: Freepik

La insulina tiene una misión principal: llevar la glucosa de la sangre a las células para que la usen como energía. Pero cuando hay un exceso de glucosa, como ocurre tras un desayuno de alto IG, la insulina recibe otra orden: almacenar lo que sobra. Tal y como resume la cita de Laura Fuentes, el cuerpo convierte ese excedente de azúcar en grasa y la almacena preferentemente en la zona abdominal. Así es como lo que muchos desayunan para adelgazar consigue justo lo contrario.

Este mecanismo explica la frustración de tantas personas que, a pesar de comer «sano» y en pocas cantidades, no logran deshacerse de esa grasa localizada en la cintura. No es solo una cuestión de calorías, sino de respuesta hormonal, una idea clave que Laura Fuentes pone sobre la mesa. Estás atrapado en un ciclo donde tu desayuno diario te empuja a un estado de almacenamiento de grasa en lugar de quema de la misma, saboteando cualquier esfuerzo por mantenerte en forma con tu elección para desayunar.

REINVENTA TUS MAÑANAS: EL DESAYUNO QUE SÍ FUNCIONA

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La buena noticia es que darle la vuelta a la tortilla es más sencillo de lo que parece. La clave, según aconsejan expertos como Fuentes, está en priorizar alimentos que mantengan estables nuestros niveles de azúcar. Piensa en huevos, aguacate, yogur griego natural, frutos rojos o frutos secos como la mejor comida de la mañana, y un desayuno rico en proteínas, grasas saludables y fibra te proporcionará energía sostenida durante horas, evitando la ansiedad y los antojos.

Si eres un amante de la avena, no tienes por qué renunciar a ella, simplemente elige la versión correcta. Opta siempre por los copos de avena integrales o tradicionales, los que requieren una cocción de al menos diez minutos para empezar la jornada. La diferencia es abismal, ya que la fibra intacta de la avena tradicional ralentiza la digestión y la liberación de azúcar en sangre, convirtiéndola en el aliado que siempre pensaste que era y demostrando el poder que una pequeña elección matutina tiene sobre tu bienestar general.


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