La cervecera holandesa, Heineken, no puede eludir más los aranceles estadounidenses a diferencia de sus competidores como AB InBev. Siguiendo esta línea, las operaciones de Heineken en Estados Unidos, siguen estrechamente vinculadas a AB InBev, un rival que se beneficia de una cartera altamente diversificada y con sólidas capacidades de producción nacional en todo el mundo.
En este sentido, Heineken se ha enfrentado recientemente a presiones en el mercado bursátil. Dicha debilidad se debe a la disminución de los volúmenes, lo que ha aumentado la preocupación de los inversores sobre la capacidad de la compañía cervecera para mantener su poder de fijación de precios. La exposición comparativamente mayor de Heineken a los aranceles estadounidenses bajo la administración Trump ha generado aún más inquietud.
El negocio de Estados Unidos, dado que el volumen es importado, tiene una mayor proporción de costes variables frente a los costes fijos en comparación con la mayoría de las opciones, por lo tanto, el impacto en el apalancamiento operativo es menos severo que una región como Europa, donde hay una base fija más alta», certifican desde Jefferies.

EL MERCADO DE ESTADOS UNIDOS
Para la cervecera Heineken, América, tanto Norte como Sur, representa su segunda mayor región. Concretamente, aporta aproximadamente América en la cervecera holandesa el 35% de sus ingresos globales. Si nos fijamos en el ejercicio fiscal de 2024 represento un total de 30.000 millones de euros.
«En un mercado valorado en aproximadamente 103.000 millones de euros, las operaciones de Heineken en EE. UU. generan alrededor de 2.600 millones de euros anuales, de los cuales la marca insignia Heineken aporta 1.600 millones de euros, lo que equivale a aproximadamente el 1,5% de la cuota de mercado, según algunos estudios», interpretan los analistas de Alpha Value.
Heineken es la cuarta empresa más grande en EE. UU., donde representa aproximadamente el 25% de los ingresos en América
En Estados Unidos, casi el 98% de la cartera de AB InBev se elabora localmente, lo que la posiciona bien para mitigar los riesgos relacionados con el comercio, como los aranceles impuestos durante la administración de Donald Trump. Dentro del mercado cervecero estadounidense, Corona sigue dominando como la marca más reconocida, mientras que la etiqueta Heineken se ubica en segundo lugar, de manera constante.
«Cabe destacar que, aunque AB InBev posee Corona a nivel mundial, sus derechos de producción y distribución en EE. UU. se transfirieron a Constellation Brands en el acuerdo del año fiscal 2013 con Grupo Modelo», señalan los expertos en el sector cervecero de Alpha Value, ante dicho mercado.

No obstante, persiste un desafío estructural clave. Si bien, la gerencia informó en el primer trimestre de 2025, que el 95% de los productos se producen localmente, la propia marca Heineken continúa siendo parcialmente importada. Esta dependencia deja a la marca más vulnerable a las presiones arancelarias que sus competidores con producción totalmente nacional.
Desde Heineken, han enfatizado que estos aranceles, combinados con los efectos adversos del tipo de cambio en las transacciones, han afectado significativamente el desempeño en Estados Unidos, contribuyendo a los decepcionantes resultados de la región. Por el contrario, AB InBev ha seguido ganando participación como bien señalan sus datos del segundo trimestre de 2025.
LA ESTRATEGIA COMERCIAL DE TRUMP SOBRE HEINEKEN
Los aranceles tendrían un impacto significativo en la rentabilidad, reduciendo los márgenes de las importaciones procedentes de Europa (aranceles del 15%) y México (aranceles del 25%). Esta dinámica convierte a Heineken en la cervecera europea más vulnerable en el mercado estadounidense, ya que Carlsberg no tiene exposición a dicho mercado.
No obstante, a medida que los niveles de inventarios se normalicen, la gerencia probablemente se enfrentará a una difícil disyuntiva, es decir, invertir en ampliar la capacidad de producción nacional de la marca Heineken o intentar compensar la presión arancelaria mediante aumentos de precios que ‘perjudicarán’ a los consumidores.

«Como el cuarto mayor productor del mercado estadounidense, Heineken no puede liderar con credibilidad un aumento de precios sin comprometer sus volúmenes. Por el contrario, AB InBev, con el 98% de su cartera estadounidense elaborada en el país, está en gran medida protegida de los aranceles y puede mantener sus precios hasta que la presión de los costes se vuelva inevitable», expresan los analistas de Alpha Value.
Asimismo, esta ventaja estratégica podría permitir a AB InBev ampliar su ventaja competitiva si Heineken intenta repercutir los mayores costes, sobre todo porque el 2% de la producción no local de AB InBev es irrelevante dentro de su cartera global. Heineken envió proactivamente un volumen no revelado de inventario a EE. UU. antes de los nuevos aranceles, una medida que se espera haya moldeado la dinámica del mercado en el primer semestre de 2025.
Los expertos de Alpha Value estiman las ventas de Heineken en Estados Unidos en aproximadamente 2.600 millones de euros, de las cuales aproximadamente el 40% proviene de productos de producción local y el resto está vinculado a la marca insignia Heineken, que se elabora principalmente en Europa y/o México. Una estructura, que deja una parte significativa de la cartera directamente expuesta a los riesgos de la política comercial estadounidense.