lunes, 6 octubre 2025

Terelu Campos da una noticia que forma parte de la vida privada de Carlo Costanzia

El apellido Campos y el apellido Flores vuelven a cruzarse en la primera línea de la actualidad mediática. En esta ocasión, la protagonista inesperada ha sido Terelu Campos, quien ha decidido dar un paso al frente para hablar de un asunto íntimo que afecta directamente a su hija Alejandra Rubio y, por extensión, a su yerno, Carlo Costanzia Jr.. La colaboradora de televisión, habitualmente prudente en cuestiones que rozan lo personal, ha sorprendido al público de “¡De Viernes!” con declaraciones en las que se ha referido a la delicada situación que atraviesa el hijo de Mar Flores tras la publicación de las memorias de la modelo. Se trata de una polémica que ha revuelto las aguas familiares y que, pese a los intentos iniciales de mantenerse al margen, ha acabado situando a Carlo en el centro de todas las miradas.

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Mar Flores, el origen de todo

Mar Flores en ‘Y ahora Sonsoles’. (Foto: Antena 3)

La historia comenzó cuando Mar Flores publicó su autobiografía, un texto en el que, además de repasar su carrera, también dedicaba varias páginas a su relación con Carlo Costanzia padre, revelando episodios muy complicados que marcaron su vida. En uno de los capítulos, la modelo narraba los episodios de maltrato que aseguró haber sufrido, unas palabras que no tardaron en generar un debate encendido en televisión y en la opinión pública. Mientras tanto, el joven Carlo optó por el silencio, incluso renunciando a acudir a la presentación del libro de su madre para no tomar partido. Sin embargo, su estrategia de discreción se vino abajo en los últimos días, cuando decidió conceder una entrevista en Mediaset. Con apenas unas frases, dejó claro que quería explicar cómo se sentía, pero sin entrar en el juego de las acusaciones directas.

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En esa conversación, Carlo Costanzia expresó con serenidad que mantiene una buena relación con su madre y que, de alguna forma, el reality en el que han participado juntos les ha servido para pasar más tiempo y recomponer vínculos. Al mismo tiempo, afirmó con rotundidad: «Tengo derecho a no posicionarme. Las memorias dicen cosas bastante fuertes de las que no quiero formar parte». La afirmación, aparentemente conciliadora, fue interpretada por algunos como una forma de evitar hablar de lo esencial. Los colaboradores del programa no tardaron en ponerlo en duda, señalando que resulta difícil de creer que no se haya leído el libro. Entre las opiniones más duras destacó la de Lidia Lozano, que calificó de incoherente el hecho de que se negara a posicionarse, pero se sentara en un plató para hablar del tema.

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