lunes, 6 octubre 2025

Santi, joven emprendedor: “Ser fontanero no es solo arreglar tuberías; es garantizar que una familia tenga agua caliente”

Desde pequeño, Santi se sintió atraído por el sonido del agua y el chisporroteo de las tuberías. Lo que para muchos sería solo un oficio, para él se convirtió en una pasión que lo acompañaría durante toda su vida. Hoy, con más de 20 años de experiencia, este fontanero madrileño representa un ejemplo de vocación, constancia y amor por un trabajo muchas veces infravalorado, pero esencial para el día a día de todos.

Su historia no es solo la de un trabajador, sino la de un joven que decidió seguir su propio camino. Abandonó los estudios temprano, motivado por la curiosidad y las enseñanzas de su primo, también fontanero, y con apenas 14 años comenzó a aprender el oficio de la manera más práctica posible: con las manos en la obra y el corazón puesto en cada tarea.

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De aprendiz a maestro del oficio

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Santi recuerda cómo sus primeros días en la obra nueva lo sorprendieron: un paquete de varillas que parecía suficiente para un mes resultaba agotarse en un solo día. Cada jornada le enseñaba algo nuevo: soldaduras de cobre, montaje de bajadas y conexiones de agua que requerían precisión y paciencia. “Un fontanero aprende a medir cada detalle, desde el grosor de un tubo hasta la presión justa del agua”, explica. Esa meticulosidad, unida a la pasión por ayudar a los demás, convirtió a Santi en un fontanero solicitado y confiable, capaz de instalar desde una sencilla ducha hasta complejas redes de agua en edificios enteros.

Con el tiempo, Santi se atrevió a dar un paso más: se convirtió en autónomo. Gracias al respaldo familiar y a la experiencia acumulada, montó su propio equipo y empezó a formar a jóvenes que, como él, buscaban una salida laboral con sentido. Hoy, más de 10 años después, lidera un equipo de fontaneros en Madrid, compaginando la obra nueva con la formación de futuros profesionales del oficio.

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