Quien observa desde fuera el ritmo de un MC Donalds apenas puede imaginar lo que ocurre tras la ventanilla del conocido “McAuto”. Allí, entre pedidos acelerados y clientes impacientes, se esconden relatos que combinan lo insólito con lo cotidiano. La experiencia de José Carlos, extrabajador de MC Donalds en Jaén, revela anécdotas sorprendentes que van desde escenas absurdas hasta momentos dignos de una película.
Su paso por MC Donalds, donde comenzó en 2016 y llegó a ser entrenador de personal, le permitió ver de todo: carros de caballos atravesando el McAuto, clientes que se quedaban dormidos en plena ventanilla y hasta disputas que terminaron con la intervención de la policía.
2Clientes peculiares y noches interminables

Trabajar en MC Donalds no solo significaba despachar hamburguesas. En el turno de noche, los empleados eran testigos de situaciones insólitas: clientes que pedían comida a pie o en patinete eléctrico, discusiones de pareja a todo volumen a través del interfono e incluso jóvenes que intentaban colarse tras salir de la discoteca.
José Carlos reconoce que las madrugadas eran las más intensas. Había quienes llegaban tan cansados o ebrios que se quedaban dormidos en el coche mientras hacían su pedido. En otras ocasiones, las tensiones entre clientes derivaban en peleas que obligaban a llamar a la policía. Y aunque la mayoría de los incidentes eran breves, algunos terminaban con escenas dignas de un espectáculo improvisado.
Más allá de lo anecdótico, el extrabajador insiste en destacar la profesionalidad y el control que exige MC Donalds a sus empleados. Auditorías externas, protocolos de limpieza estrictos y revisiones constantes eran parte de la rutina. “He trabajado en muchos lugares de hostelería, pero MC Donalds es uno de los sitios más serios y organizados que he visto”, asegura.