Todo cambio comienza contigo mismo, con la forma en que te escuchas y te observas cada día. El Dr. Iñaki Piñuel, psicólogo de prestigio y experto en conducta humana, nos habla de algo que quizá no habías pensado: la parasitación psíquica. No es ciencia ficción ni historias de extraterrestres, sino esa sensación de que tus pensamientos, emociones y creencias a veces no te pertenecen. Como si alguien, sin que te des cuenta, hubiera colocado “implantes” en tu mente, desviándote de la persona que realmente querías ser.
“Todos nosotros somos seres de segunda mano. Personas que creemos originales, únicas… y, precisamente por pensar así, terminamos pareciéndonos a la mayoría”, dice Piñuel con una mezcla de ironía y nostalgia. La primera lección, según él, es aceptar que estamos parasitados. Reconocerlo es el primer paso para liberarse.
El trance colectivo y cómo nos imitan

Un factor clave en esta parasitación es lo que Piñuel llama el trance colectivo, impulsado por el arrastre mimético y nuestras famosas neuronas espejo. Sí, esas mismas que nos ayudan a aprender imitando a otros, pero que también nos arrastran sin que nos demos cuenta: opinamos, sentimos y pensamos como la mayoría, muchas veces sin pensarlo. “El mimetismo es responsable del secuestro emocional más habitual que puede experimentar un ser humano, casi a diario”, explica.
Este fenómeno se nota sobre todo en la familia. ¿Te suena eso de regresar a ser el niño asustado o ignorado durante las reuniones navideñas? Esa regresión no es casual: los patrones emocionales de la infancia se fijan en un cerebro muy plástico y nos acompañan toda la vida. Incluso de adultos seguimos repitiendo las reacciones que nos marcaron hace años.
Adicciones y el escape del presente

Otro tipo de parasitación ocurre cuando huimos de la realidad. Piñuel habla de un implante muy común: “estar de cuerpo presente, pero de mente ausente”. Nos vamos al pasado, nos perdemos en recuerdos dolorosos, o volamos hacia el futuro en preocupaciones y fantasías. Mientras tanto, la vida real sigue su curso y nos la estamos perdiendo.
Las adicciones, explica, son otra manera de escapar. “Todas las adicciones son, en realidad, un recurso para no mirar de frente experiencias traumáticas”, dice. Y sí, alivian momentáneamente, pero el precio es alto: nos impiden realmente superar el trauma.
Higiene psicológica: la cita diaria contigo mismo
Piñuel propone algo que suena sencillo, pero es profundo: la higiene psicológica diaria. Cada día nos “invaden” pensamientos ajenos, emociones que no nos pertenecen. “Cada día tienes que permitirte esa cita contigo mismo. Ese momento especial y único para desparasitar tu mente de manera consciente”, aconseja.
No es un camino fácil. Detenerse implica valentía, sobre todo cuando estamos acostumbrados a distraernos o vivir sumergidos en dramas ajenos. Pero esa pausa nos permite discernir qué es nuestro y qué nos fue impuesto, separar la realidad del ruido colectivo. La Libertad Cero, como la llama Piñuel, puede traer incomprensión o soledad, pero también nos ofrece autenticidad, claridad y un amor incondicional hacia nosotros mismos.
El Dr. Iñaki Piñuel invita, en definitiva, a mirar dentro de nosotros con honestidad, a reconocer los patrones heredados o implantados y a atrevernos a ser quienes realmente somos. Es un recordatorio de que, aunque la sociedad trate de moldearnos, siempre podemos recuperar nuestra autonomía y vivir de manera más auténtica y plena.
Además, Piñuel nos anima a llevar este trabajo a todos los rincones de nuestra vida cotidiana. Cada interacción, cada decisión, cada pensamiento consciente se convierte en una oportunidad para reforzar nuestra libertad interior. No se trata de cambiar de golpe, sino de pequeños gestos diarios: elegir nuestras palabras, cuestionar nuestras creencias automáticas, observar sin juzgar lo que sentimos. Con paciencia y constancia, estos actos cotidianos van reconstruyendo nuestra mente desde dentro, liberándonos de la parasitación invisible y permitiéndonos experimentar la vida con mayor presencia, autenticidad y plenitud.