Alexis Bienvenu, gestor de fondos en La Financière de l’Échiquier, ha analizado para Merca2, la situación del éxito de las grandes empresas del mercado americano.
Los récords que registran cada día las bolsas mundiales y, sobre todo, las trayectorias de algunos valores emblemáticos como NVIDIA (+ 1411 % en tres años en dólares, es decir, un 147 % cada año), da pie a pensar si hay una situación de burbuja en el mercado estadounidense. Ante esto Alexis Bienvenu, gestor de fondos en La Financière de l’Échiquier, lo tiene claro.
“Sí”, porque atendiendo a la relación entre las cotizaciones y los beneficios previstos el próximo año, el nivel actual del índice S&P 500 se sitúa por encima de la media a largo plazo (en torno a 16). Es cierto que una gran parte de esta prima proviene de los valores estadounidenses que más brillan. El índice que los agrupa, denominado “Magnificent 7”, cotiza a 37 veces los beneficios y NVIDIA llega incluso a 48. Sin embargo, el crecimiento de los beneficios de este grupo es excepcional y sus perspectivas son excelentes, lo que puede justificar una prima considerable.
Los inversores internacionales controlan el 48,7% de la Bolsa española
Otra forma de calibrar la conveniencia de invertir en renta variable es «la prima de riesgo de las acciones», que representa el plus de rentabilidad previsto de las acciones con respecto a la renta fija pública. Actualmente, se sitúa ¡cerca del 0! Eso es así, porque no solo los índices de bolsa están caros, también los bonos estadounidenses ofrecen un rendimiento nominal apreciable: 3,60 % a un año.

En Europa, la respuesta es muy diferente. Es cierto que las acciones se pagan un poco más caras que su media a largo plazo (alrededor de 15 veces el beneficio por acción previsto en el Euro Stoxx 50, frente a una media cercana a 13), pero la situación dista de ser extrema.
Según el consenso de Bloomberg, el crecimiento del PIB previsto en 2025 y 2026 no deja de revisarse al alza desde el verano. Ahora se sitúa en torno al 1,8 %, gracias en gran parte al sector tecnológico. Los índices clásicos de sentimiento de la industria se encuentran también en fase de expansión, con la salvedad del ISM manufacturero.
Las Bolsas europeas fluctúan con la tendencia americana
El índice de confianza de las pymes es elevado, con una lectura de más de 100. A ello se añade un precio del petróleo muy asequible que promedia 65 dólares desde hace un año y un dólar que se deprecia, lo que favorece a las empresas exportadoras. Por último, a pesar de las alzas de precios originadas por los aranceles, el consumo está resistiendo, salvo en el segmento de población de renta baja.
Sin embargo, sobre en este escenario se ciernen dos nubarrones. El primero es el empleo, cuyo dinamismo se ha debilitado claramente, incluso se ha revertido. Y el segundo es el sector inmobiliario, que mantiene su atonía, debido sobre todo a unos tipos de interés hipotecarios muy elevados. No obstante, aunque la creación de empleo es ciertamente baja, incluso negativa, la demanda de trabajo lo es también.
El resultado es una tasa de paro que aumenta ligeramente, hasta un nivel muy moderado: un 4,3 %. En cuanto a los inmuebles, la Reserva Federal ha recortado recientemente los tipos, por lo que cabe esperar que recobren el brío.
Así pues, la cuestión de la burbuja en las valoraciones no tiene una respuesta sencilla ni rápida. Sin embargo, un breve vistazo a los indicadores habituales invita a pensar que, si bien el mercado está ciertamente caro, lo está por un buen motivo. Desde este punto de vista, su valoración no parece especialmente inquietante, al menos mientras las tendencias económicas actuales se mantengan.