Los sofocos, entendidos no como meras molestias pasajeras, sino como un fenómeno fisiológico complejo que afecta de forma muy importante a un gran número de mujeres en el mundo, se producen en forma de piedra de calor junto con sudoración, que puede surgir de forma inesperada tanto de día como de noche. Aunque se viven con frecuencia como una de las consecuencias de la menopausia, su llegada puede ser precedida por factores externos como el estrés, la ingesta de alcohol, comidas calientes o una emoción intensa.
2LA REVOLUCIÓN DEL ALGORITMO

Así, la tecnología ha pasado a desempeñar un papel fundamental: un grupo de investigadores de la Universidad de Massachusetts Amherst, muy en colaboración con la startup Embr Labs, han creado ya un algoritmo de la inteligencia artificial que es capaz de predecir hasta el 70 % de los sofocos antes de que la persona llegue a percibirlos. Este trabajo, que fue publicado en la revista Psychophysiology, supone un cambio de paradigma respecto a la manera de abordar el problema.
Una introducción de este algoritmo en Embr Wave, el dispositivo de muñeca ya diseñado para combatir los sofocos mediante tecnología térmica, es la que trata de hacer el algoritmo y su principal novedad reside precisamente en hacerse predecible lo que abre la puerta a poder intervenir en el mismo momento en que están empezando a producirse los síntomas. Es con lo que los propios investigadores indican que su modelo identificó el 82 % de los sofocos y los descubrió con una media de 17 segundos de anterioridad.
El secreto de esta capacidad reside en la lectura de estos datos fisiológicos: los sensores miden cambios mínimas en la conductancia cutánea. Aunque no son perceptibles para la persona, sí son una manera de advertir que un sofoco aflorará. Los especialistas resaltan que este planteamiento no responde solo a una simple vigilancia retrospectiva. Se intenta crear un bucle automático en el que se registre lo que hay, pero a la vez solo aliviar el malestar. De lo que se trata es de que la IA y la tecnología portátil se conviertan en un aliado para mejorar la calidad de vida de quienes pasan por esos mares de sofocos.
Ahora bien, tal avance es también una muestra de un giro cultural en la manera de atender los síntomas de la menopausia. Los sofocos fueron considerados durante tiempo como algo desdeñable, notando en algunos casos un lado “psicológico”, muy al contrario de hoy en día donde abarcan una idea fisiológica de base y de sus consecuencias en la salud. El hecho de aceptar esta idea y su desarrollo sugiere un compromiso con alternativas más humanas y basadas en la ciencia y la tecnología.