Quien visita un MediaMarkt suele hacerlo con una idea clara: encontrar un nuevo móvil, un ordenador o un televisor al mejor precio. Sin embargo, para quienes trabajan allí, cada jornada se convierte en un cúmulo de situaciones imprevisibles que rozan lo insólito. Anécdotas tan sorprendentes como incómodas forman parte de la vida diaria de los empleados que conviven con una clientela tan variada como impredecible.
Un extrabajador del centro ubicado en Vialia, Málaga, reveló algunas de las escenas más impactantes de sus dos años y medio tras el mostrador. Su relato muestra cómo la rutina en MediaMarkt puede transformarse, en cuestión de segundos, en un auténtico espectáculo de lo absurdo.
1MediaMarkt: Entre descuentos imposibles y clientes inesperados
En más de una ocasión, el trabajo en MediaMarkt exigió al empleado mucho más que conocimientos de telefonía o informática. Una de las situaciones más surrealistas que recuerda fue la de una clienta que, tras quedarse corta de dinero, le ofreció una propuesta tan insólita como incómoda: “Es que me faltan 10 euros, si yo te enseño las tetas ¿me haces un descuento?”. El rechazo de la oferta derivó en un momento de tensión que casi termina en agresión.
Este tipo de episodios, aunque excepcionales, revelan la presión a la que los trabajadores de MediaMarkt pueden verse sometidos. No se trata solo de vender, sino también de lidiar con la falta de respeto de algunos visitantes que olvidan que detrás del uniforme rojo hay personas que merecen consideración.