La figura de Isabel Pantoja vuelve a ocupar titulares y a sacudir a la opinión pública tras conocerse una información que no ha dejado indiferente a nadie. Según ha revelado la periodista Sandra Aladro, la tonadillera tendría pendiente una deuda millonaria con su propio hijo, Kiko Rivera, a quien no habría abonado más de dos millones de euros correspondientes a rentas generadas por la finca de Cantora. La noticia, difundida en el espacio televisivo Vamos a ver, ha generado una auténtica conmoción, ya que reabre una herida familiar que parecía haberse enfriado en los últimos tiempos, pero que, a la vista de los acontecimientos, continúa más viva que nunca. La cifra resulta especialmente llamativa y ha provocado que muchos seguidores de la artista se lleven las manos a la cabeza al conocer el alcance de la situación, recordando que las disputas económicas en torno a la herencia de Paquirri han sido uno de los grandes lastres en la vida de la familia.
1Última hora sobre Isabel Pantoja

Pero las novedades no se limitan a este delicado aspecto económico. El periodista Kike Calleja ha aportado más datos desde el plató del programa, confirmando que Isabel Pantoja se encuentra actualmente en Madrid, después de haber abandonado de forma definitiva su residencia en la finca de Cantora, un lugar cargado de historia y polémicas. Según ha explicado el colaborador, la artista estaría en la capital para atender una serie de compromisos personales y oficiales. Entre ellos, figuran varias gestiones en el consulado y visitas médicas que tenía programadas desde hace tiempo. Esta estancia, que podría prolongarse durante algunos días, ha hecho que la cantante se aloje en casa de una amiga llamada Cristina, donde estaría refugiándose mientras lidia con la presión mediática y con los comentarios que circulan en su entorno más cercano. Calleja recalcó que la tonadillera atraviesa un momento emocional muy complicado, describiéndola como “enfadada, nerviosa y frustrada” por todo lo que se ha dicho de ella en las últimas semanas.
El hecho de que Isabel haya salido de Cantora ha sido interpretado por muchos como un movimiento clave en su vida personal y profesional. La finca, que durante décadas fue el epicentro de su vida familiar y su carrera, se ha convertido también en un símbolo de enfrentamientos, juicios y disputas públicas. Que ahora decida instalarse en Madrid, aunque sea de manera provisional, supone un giro que podría anticipar nuevos cambios en su día a día. No obstante, su círculo más cercano insiste en que no se trata de una mudanza definitiva, sino de una estancia temporal ligada a sus compromisos inmediatos. Aun así, la expectación es máxima, ya que la artista siempre ha mantenido una relación de profundo arraigo con la finca que heredó de Paquirri, y su marcha ha sido interpretada como un paso sin precedentes.
La tensión entre madre e hijo, que parecía haberse suavizado tras años de declaraciones cruzadas, vuelve ahora a ocupar portadas. Kiko Rivera había hecho públicas en varias ocasiones sus discrepancias con la gestión económica de su madre, especialmente en relación con los bienes y rentas generados por Cantora. La información de que Isabel no le habría pagado más de dos millones de euros confirma, según algunos analistas, lo que el DJ venía denunciando desde hace tiempo. Esta cantidad se suma a una larga lista de reclamaciones y conflictos que ambos han protagonizado en los últimos años, y que han alimentado un relato de desencuentros casi permanente. Para muchos, este nuevo episodio no hace más que reforzar la idea de que la herencia de Paquirri sigue siendo una fuente inagotable de dolor y enfrentamientos.