La confesión de Rosa Benito sobre su exmarido Amador Mohedano ha dejado a todos en shock y ha vuelto a situar en el centro del foco mediático la complicada relación que ambos mantienen desde su separación en 2013. Pese a que en los últimos años había dado la impresión de que podían mantener una convivencia cordial en determinados actos familiares vinculados al recuerdo de Rocío Jurado, lo cierto es que las palabras de la excolaboradora televisiva demuestran lo contrario.
1Rosa Benito, excluida de su familia

En el tradicional posado en el balcón de Chipiona, lugar emblemático para la familia de la cantante, la ausencia de Rosa fue una de las más comentadas, y se llegó a especular con que habría sido Gloria Mohedano, hermana de Amador, la que habría impedido su presencia por no estar de acuerdo con la actitud que Rosa había mostrado hacia su hermano tras el deterioro de su estado de salud. Esa exclusión simbólica marcó un antes y un después, dejando claro que la reconciliación en el seno del clan es prácticamente imposible.
Frente a esas especulaciones, el propio Amador quiso quitar importancia al asunto señalando que no había “ningún veto”, sino más bien una realidad conocida por todos: si está Rosa, no está Amador, y si está Amador, no está Rosa. En un intento de suavizar el conflicto, llegó a decir que se trataba únicamente de “celillos de familia” sin mayor trascendencia. Sin embargo, esas palabras fueron desmentidas de manera indirecta por la propia Rosa, a través de unas declaraciones recogidas por la periodista Alexia Rivas en el programa El tiempo justo, en las que dejó patente que su paciencia con Amador se ha agotado. Según Rivas, Rosa estaría “hasta las narices, harta, cansada, desolada” y advirtió que, si algún día decide hablar con total libertad, sus revelaciones podrían “hacer caer a Mediaset y a media España”, unas palabras que muestran la magnitud del resentimiento y la tensión que aún existe entre ellos.