sábado, 4 octubre 2025

DGT avisa: hasta 100€ de multa por un simple bolso mal colocado dentro del coche

Un gesto tan cotidiano como dejar el bolso en el asiento del copiloto puede acarrear una sanción inesperada. La física es implacable: en un frenazo, el peso de los objetos sueltos se multiplica de forma dramática.

La DGT vuelve a poner el foco en uno de los gestos más habituales y peligrosos que cometemos al volante casi sin darnos cuenta. Dejar un bolso, la mochila del gimnasio o el maletín del portátil en el asiento del copiloto o en las plazas traseras es una costumbre tan arraigada que pocos reparan en el riesgo que entraña. Pero, ¿y si te dijeran que esa acción, aparentemente inofensiva, podría costarte una multa considerable? La respuesta, por sorprendente que parezca, es un sí rotundo.

Ese simple acto de lanzar tus pertenencias en el primer hueco libre que encuentras puede transformarse en un problema muy serio. El aviso de la DGT es contundente: hasta 100€ de multa por un simple bolso mal colocado dentro del coche, ya que la normativa de Tráfico obliga a que cualquier objeto transportado esté correctamente sujeto para no interferir en la conducción ni convertirse en un peligro. ¿De verdad somos conscientes de lo que puede ocurrir en una frenada brusca? Sigue leyendo, porque lo que viene a continuación cambiará tu forma de viajar.

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EL PELIGRO INVISIBLE QUE LLEVAS EN EL ASIENTO DE AL LADO

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Puede que pienses que exageramos, pero la física no entiende de costumbres. En el momento en que pisas el freno con contundencia, cualquier objeto suelto en el habitáculo sale disparado hacia delante con una fuerza descomunal, y es que un consejo de la DGT recurrente se centra en el peligro que suponen los objetos sin anclar dentro del vehículo. Un ordenador portátil, una botella de agua o incluso un libro pueden convertirse en auténticos proyectiles, capaces de causar lesiones muy graves a los ocupantes de los asientos delanteros.

El riesgo es tan real que la sanción de la DGT no es el principal motivo para tomar precauciones, sino nuestra propia seguridad. Imagina un impacto a tan solo 50 km/h; ese bolso que pesa un par de kilos multiplicará su masa de forma exponencial, golpeando lo que encuentre a su paso, una distracción al intentar sujetarlo en marcha o el impacto directo de este pueden provocar la pérdida de control del vehículo. La próxima vez que dejes algo suelto, recuerda que estás compartiendo viaje con un potencial proyectil.

¿PERO DE QUÉ NORMA ESTAMOS HABLANDO EXACTAMENTE?

No se trata de una ocurrencia nueva ni de una campaña puntual para recaudar. La obligación de llevar la carga bien sujeta está recogida desde hace años en la ley, y la DGT se apoya en el artículo 14 del Reglamento General de Circulación para justificar estas sanciones. Dicha normativa establece claramente que todo lo que transportemos debe estar dispuesto de tal forma que no pueda desplazarse de manera peligrosa ni comprometer la estabilidad del vehículo.

El texto legal es muy específico para que no queden dudas. El reglamento de la DGT prohíbe que la carga pueda «arrastrar, caer total o parcialmente o desplazarse de manera peligrosa». Esto no solo se aplica a grandes bultos, la ley de Tráfico engloba cualquier objeto, por pequeño que sea, que pueda interferir en la libertad de movimientos del conductor, ocultar los dispositivos de señalización o, en definitiva, poner en riesgo la seguridad vial de alguna manera.

EL ‘EFECTO ELEFANTE’: CUANDO TU BOLSO PESA COMO UN ANIMAL SALVAJE

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Para que todos comprendamos la magnitud del peligro, la propia DGT acuñó un término tremendamente gráfico: el «efecto elefante». Este concepto explica cómo, por efecto de la inercia, el peso de un objeto se multiplica de forma salvaje en caso de colisión o frenazo. Así, un bolso de cuatro kilos que viaja suelto en el asiento trasero podría golpear al conductor con la fuerza de un proyectil de 158 kilos si el coche circula a 50 km/h. Es una cifra que da escalofríos.

Y no es el único ejemplo que pone sobre la mesa la Dirección General de Tráfico. Un simple teléfono móvil podría impactar con la fuerza de un gallo de 4 kilos, y un ordenador portátil se transformaría en un proyectil con la violencia de un jabalí de 85 kilos. Cuando los agentes de Tráfico insisten en la importancia de asegurar la carga, no lo hacen por capricho, sino porque son plenamente conscientes de las trágicas consecuencias que este descuido puede llegar a tener, convirtiendo el interior de nuestro coche en una auténtica trampa.

¿Y CÓMO LO HAGO BIEN PARA EVITAR LA MULTA (Y EL SUSTO)?

La solución es mucho más sencilla de lo que parece y se basa en el sentido común. La primera y más evidente recomendación de la DGT es utilizar siempre el maletero. Es el espacio diseñado específicamente para transportar objetos de forma segura, aislados del habitáculo de los pasajeros. Si las bolsas de la compra o el equipaje caben allí, no hay excusa para llevarlos en otro sitio. El maletero es siempre la opción prioritaria y más segura.

¿Y si el maletero ya está lleno? La advertencia de la DGT es clara: hay que buscar alternativas seguras. Si no queda más remedio que usar los asientos traseros, los objetos deben inmovilizarse utilizando los propios cinturones de seguridad, redes de sujeción o anclándolos a partes fijas del vehículo. Nunca, bajo ningún concepto, deben dejarse objetos sueltos en la bandeja trasera, ya que esta zona es una de las más peligrosas en caso de impacto.

NO ES RECAUDAR, ES SENTIDO COMÚN AL VOLANTE

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Al final, este tipo de recordatorios de la DGT no buscan la sanción por la sanción. El objetivo fundamental es concienciar a los conductores de que la seguridad vial se construye a base de pequeños gestos y rutinas. Cambiar una costumbre tan arraigada como lanzar el bolso al asiento de al lado puede parecer trivial, pero es precisamente esa atención a los detalles la que marca la diferencia entre un susto y una tragedia, y la responsabilidad de que todo esté en orden antes de arrancar es únicamente del conductor.

Cuesta muy poco acostumbrarse a colocar las cosas en el maletero o, en su defecto, asegurarlas correctamente. La próxima vez que entres en tu coche, echa un vistazo a tu alrededor y piensa en lo que ocurriría si tuvieras que frenar de golpe. La vigilancia de la DGT está ahí, pero la verdadera protección empieza por uno mismo. Un viaje seguro es aquel en el que se han minimizado todos los riesgos, incluso los que, como un simple bolso, parecen no tener importancia alguna.


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