viernes, 3 octubre 2025

Lo que toda persona mayor de 50 debe saber sobre la vista

La salud ocular es uno de los principales componentes de la calidad de vida, si bien en la mayoría de las ocasiones desgraciadamente no se le presta la atención suficiente hasta que empiezan a aparecer los primeros problemas. Uno de los grandes retos de la oftalmología actual es la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), una enfermedad que afecta directamente a la capacidad para ver correctamente. A raíz de la celebración del Día Mundial de la Retina, los especialistas del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega han recordado la importancia de detectar los síntomas iniciales y de acudir a un especialista sin demora.

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SEÑALES Y FACTORES DE RIESGO

Lo que toda persona mayor de 50 debe saber sobre la vista
Fuente: Freepik

La Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) se divide en tres etapas en función de la gravedad de la afección: precoz, intermedia y avanzada, esta última con dos formas de DMAE más conocidas como atrofia geográfica macular y neovascularización coroidea. Cada estadio se representa con un dilema distinto, aunque todos ellos tienen un mismo denominador: la posibilidad de una pérdida de visión irreversible si no se trata la patología a tiempo, sobre todo entre los mayores.

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El envejecimiento es el gran desencadenante de la enfermedad, aunque no el único. Determinadas circunstancias también pueden contribuir a que aparezca este problema de salud, tales como la predisposición genética, el tabaquismo, la arterioesclerosis, la hipertensión, la obesidad o los malos hábitos en la alimentación contribuyen de forma significativa a un riesgo mayor. El estilo de vida cuenta con un peso específico en la salud ocular y puede marcar la diferencia entre la aparición de la enfermedad o la inhibición de su curso normal.

De todas formas, ante cualquier alteración visual o duda, los especialistas de la salud ocular van a indicar que el paciente acuda a un retinólogo que le pueda realizar pruebas tales como la tomografía de coherencia óptica (OCT), el examen de fondo de ojo o la angio OCT. Todas ellas, pruebas que detectan daños en la mácula antes de que el individuo tenga alguna asociación con deterioro visual importante. De ahí la importancia de la revisión periódica, sobre todo a partir de los 50 años, cuando la prevalencia de la enfermedad aumenta de forma notable.

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