viernes, 3 octubre 2025

Bustinduy, ministro de Derechos Sociales: «Los jubilados no echan a las familias de sus casas, lo hacen los especuladores»

En el marco del Día Internacional de las Personas Mayores, donde se reunieron jubilados y representantes, y celebrado por el Imserso bajo el lema 2025: un año decisivo hacia una Convención de Derechos de las Personas Mayores, el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, lanzó un mensaje muy contundente. El verdadero obstáculo para la emancipación juvenil y para el acceso a la vivienda no son, como se dice, las personas mayores jubiladas, sino, muy al contrario, los fondos buitre que especulan con los hogares.

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LOS DERECHOS DE LOS JUBILADOS

LOS DERECHOS DE LOS JUBILADOS
Fuente: Freepik

Más allá de la controversia que genera la vivienda, el ministro ha aprovechado la ocasión para poner de manifiesto la importancia de la futura Convención Internacional sobre Derechos de las Personas Mayores. España, ha afirmado, quiere llevar una apuesta de liderazgo pionero en el reconocimiento del derecho a un envejecimiento saludable. La misma no tendrá solamente un contenido legal, sino que también será una oportunidad para repensar el modelo de sociedad.

La meta está clara: edificar un entorno más igualitario y justo, que no signifique perder derechos si no se tiene una calidad de vida. Bustinduy subrayó que esta Convención puede ser un claro palanca para construir un país que garantice salud, bienestar y dignidad a todas las personas mayores. Dicha visión no solo reviste beneficios a quienes hoy se encuentran en edad avanzada, sino que también habrá en juego generaciones jóvenes que en algún momento deberán heredar ese modelo de protección.

El debate en cuestión, en el fondo, aglutina en jóvenes y mayores en una lucha única, y también el derecho a emanciparse y a encontrar una vivienda digna están íntimamente relacionados con el derecho a envejecer con justicia. De este motivo, Bustinduy realizó una invitación a decir que hay que aprovechar este momento histórico para dejar atrás visiones de lo cortoplacista. «Hay una barbaridad de cosas por hacer», confesó, pero también se reiteró en señalar que la convención es una oportunidad única para evitar discriminación y desamparo en la vejez.

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