viernes, 3 octubre 2025

Laura Montes (41), psicóloga: «Instagram te está enfermando con el ‘síndrome del carrusel’, y ni te das cuenta»

La psicóloga Laura Montes advierte que este fenómeno, similar a una máquina tragaperras, enferma silenciosamente al alterar la química cerebral y minar la autoestima. Para combatirlo, se recomienda crear fricción desactivando notificaciones y sustituir el tiempo de pantalla por actividades reales que ofrezcan una gratificación más auténtica.

El síndrome del carrusel te atrapa sin que lo notes cada vez que abres Instagram. Te sientas un momento en el sofá y, de repente, ha pasado una hora que no sabes dónde se ha ido, como advierte la psicóloga Laura Montes, y es que la aplicación está diseñada para crear un bucle de recompensa constante que te mantiene deslizando sin parar. ¿Sientes que tu vida es menos emocionante que la de los demás? Sigue leyendo, porque podrías estar sufriendo esta adicción al scroll.

Esa sensación de vacío no es casualidad, sino la consecuencia de un patrón que te enferma silenciosamente. Tal y como explica Montes, el problema es que ni te das cuenta de cómo este hábito agota tu energía mental, pues cada carrusel o Reel es una microdosis de dopamina que tu cerebro anhela y que te deja más insatisfecho que antes. Es la trampa perfecta, un laberinto digital del que parece imposible escapar, pero del que se puede salir.

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INSTAGRAM: ¿POR QUÉ TU MÓVIL ES LA NUEVA MÁQUINA TRAGAPERRAS?

Este epígrafe explica la naturaleza adictiva del síndrome del carrusel, comparando el gesto de deslizar con el mecanismo de las máquinas de azar que engancha al cerebro. Fuente: Freepik
Este epígrafe explica la naturaleza adictiva del síndrome del carrusel, comparando el gesto de deslizar con el mecanismo de las máquinas de azar que engancha al cerebro. Fuente: Freepik

¿Alguna vez te has preguntado por qué no puedes parar de deslizar? La respuesta es más sencilla y aterradora de lo que crees. Cada vez que mueves el dedo hacia arriba, tu cerebro siente la misma incertidumbre y anticipación que un jugador, ya que el diseño de la interfaz replica el mecanismo de una máquina tragaperras, ofreciendo una recompensa variable e impredecible. Este deslizamiento compulsivo es la puerta de entrada a un bucle infinito de contenido.

No es tu culpa, es neurociencia aplicada al entretenimiento de masas. La plataforma está optimizada para secuestrar tu atención el mayor tiempo posible, y para ello se aprovecha de nuestros instintos más básicos, tal como señala la psicóloga Laura Montes. Este patrón de consumo rápido y constante, provocado por la adicción al scroll, genera picos de dopamina que te hacen volver a por más, creando una dependencia sin que seas consciente de ella.

LA COMPARACIÓN SILENCIOSA QUE TE ROMPE POR DENTRO

Aquí se aborda cómo el síndrome del carrusel fomenta una comparación social constante y perjudicial para la autoestima al exponernos a vidas aparentemente perfectas. Fuente: Freepik
Aquí se aborda cómo el síndrome del carrusel fomenta una comparación social constante y perjudicial para la autoestima al exponernos a vidas aparentemente perfectas. Fuente: Freepik

Mientras deslizas, tu mente hace algo más que procesar imágenes y vídeos. Sin darte cuenta, estás evaluando y contrastando cada publicación con tu propia realidad. Este es uno de los efectos más dañinos del síndrome del carrusel, porque la exposición continua a vidas idealizadas distorsiona tu percepción del éxito y la felicidad, creando una brecha insalvable entre lo que ves y lo que vives. Es una comparación social constante que te desgasta.

El problema, como insiste Laura Montes, es que esta comparación no es activa, sino pasiva y automática. No decides compararte; simplemente ocurre. Y lo peor es que las imágenes que consumes son solo un espejismo, un recorte editado de la realidad que alimenta tu insatisfacción, ya que la acumulación de estas micro-comparaciones mina tu autoestima de forma silenciosa, dejándote una sensación de fracaso e insuficiencia personal.

EL CEREBRO EN LLAMAS: ASÍ AGOTA INSTAGRAM TU DOPAMINA

Esta sección se adentra en las consecuencias neurológicas del síndrome del carrusel, detallando cómo el cerebro se agota ante la sobreestimulación digital. Fuente: Freepik
Esta sección se adentra en las consecuencias neurológicas del síndrome del carrusel, detallando cómo el cerebro se agota ante la sobreestimulación digital. Fuente: Freepik

Imagina tu cerebro como una batería que se va gastando con cada estímulo. Instagram es un ladrón de energía de manual. El bombardeo incesante de contenido visual y las notificaciones constantes provocan una fatiga por la dopamina, pues el cerebro se acostumbra a recibir recompensas inmediatas y de bajo esfuerzo, perdiendo la capacidad de sentir placer con actividades más normales y satisfactorias del mundo real. Es el núcleo del síndrome del carrusel.

Esta sobreexposición tiene un precio muy alto a medio y largo plazo. Como bien dice la psicóloga Laura Montes, «Instagram te está enfermando», y lo hace alterando tu química cerebral. Con el tiempo, los receptores de dopamina se vuelven menos sensibles, y por eso necesitas cada vez más estímulos para sentir la misma satisfacción que al principio, lo que te empuja a pasar más y más tiempo en la aplicación en un ciclo sin fin.

ANSIEDAD Y VACÍO: LAS DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA DIGITAL

En esta parte se conectan los síntomas del síndrome del carrusel con problemas de salud mental concretos, como la ansiedad y una profunda sensación de vacío existencial. Fuente: Freepik
En esta parte se conectan los síntomas del síndrome del carrusel con problemas de salud mental concretos, como la ansiedad y una profunda sensación de vacío existencial. Fuente: Freepik

Esa inquietud que sientes cuando no estás mirando el móvil tiene un nombre: ansiedad. La trampa de los Reels y los carruseles es que te ofrecen una vía de escape momentánea de tus preocupaciones, pero es una solución falsa. En realidad, el ciclo de búsqueda de estímulos y la posterior decepción aumenta los niveles de cortisol, la hormona del estrés, dejándote más nervioso y preocupado que antes de abrir la aplicación.

Laura Montes lo describe como un «vacío digital». Después de una sesión de scroll, en lugar de sentirte conectado o entretenido, a menudo queda una extraña sensación de irrealidad y de tiempo perdido. El síndrome del carrusel agudiza esta percepción, porque la desconexión con tu entorno real para sumergirte en un mundo ficticio te deja una profunda sensación de soledad y falta de propósito cuando la pantalla se apaga.

¿HAY SALIDA? PEQUEÑOS GESTOS PARA ROMPER EL HECHIZO

La última sección se enfoca en ofrecer estrategias y soluciones prácticas para que el lector pueda recuperar el control sobre su consumo de redes y combatir el síndrome del carrusel. Fuente: Freepik
La última sección se enfoca en ofrecer estrategias y soluciones prácticas para que el lector pueda recuperar el control sobre su consumo de redes y combatir el síndrome del carrusel. Fuente: Freepik

Romper con la espiral de los carruseles no requiere medidas drásticas, sino pequeños cambios conscientes en tu día a día. Se trata de recuperar el control de tu tiempo y tu atención. Para empezar, puedes desactivar las notificaciones o establecer límites de uso en tu teléfono, porque crear fricción y dificultar el acceso a la aplicación es el primer paso para romper el automatismo, obligándote a tomar una decisión consciente cada vez que la abres.

La clave, como concluye la psicóloga Laura Montes, es usar la tecnología a tu favor, no en tu contra. El objetivo no es demonizar Instagram, sino entender cómo te afecta para poder relacionarte con la plataforma de una manera más sana. Sustituir el tiempo de pantalla por actividades reales es fundamental, ya que solo podrás escapar del bucle infinito de Instagram si llenas tu vida con experiencias auténticas que te proporcionen una satisfacción más profunda y duradera.


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