Cabify sigue en el incómodo proceso de ponerse a operar. En cualquier caso, el unicornio español sigue en el proceso de que este primer grupo de licencias aprobadas, alrededor de 700, empiecen a operar en la Comunidad de Madrid y, aunque se ha retrasado varias veces, desde la empresa muestran optimismo en que las próximas Navidades estarán atravesando la comunidad, con el énfasis prometido sobre todo en las zonas de la periferia de la capital.
Las cada vez mayores exigencias para conseguir vehículos que cumplan con las exigencias legales, los procesos de contratación de conductores por parte de empresas como Vecctor, así como las nuevas exigencias en Madrid para estos conductores han hecho del proceso más lento de lo esperado originalmente. Incluso en esas circunstancias que estén operativas en Navidad, sobre todo en una comunidad autónoma donde estas fechas son clave, es suficiente motivo para celebrar, después de todo se trata de una fecha en la que la capital y sus zonas aledañas se llenan de visitantes, lo que las hace más atractivas incluso de lo usual.
En cualquier caso, confirman que el proceso no se ha detenido en ningún momento. A pesar de las complicaciones que han atravesado, entienden estas nuevas licencias como una prioridad, sobre todo con la situación catalana de trasfondo, con una nueva ley presentada en el Parlament que está diseñada para expulsarlos. Esto hace de su presencia empresarial en la capital una pieza clave, si no la más importante, del rompecabezas español y, sumado a la apuesta de la Comunidad por sumar grandes eventos al calendario, de festivales musicales a partidos de la NFL y, por supuesto, la Fórmula 1, hacen de la ciudad más importante que nunca.
Se suma que la empresa defiende que no solo se necesitan más VTC y taxis en el centro de Madrid, sino también en las zonas de la periferia. La empresa ha asegurado que ya se han reunido con varios ayuntamientos de las ciudades cercanas al centro de la capital, donde sus servicios son especialmente útiles, tanto por la menor oferta de transporte público como por la dificultad de volver a casa después de un evento en el centro de la ciudad. Estas zonas son una de las grandes apuestas de la empresa para estas licencias, donde han visto tanto la necesidad de los residentes como la oportunidad de atraer nuevos usuarios.
EL RESTO DEL SECTOR ESPERA POR LA REACCIÓN DEL MERCADO
Lo cierto es que a pesar del optimismo de la propia Cabify, el resto de las empresas del sector, y una parte de los taxistas, siguen aguantando la respiración ante la llegada de las nuevas licencias. La realidad es que instituciones como la patronal Unauto VTC, o competidores como Bolt, han mostrado preocupación sobre la inyección de un número tan alto de licencias en la Comunidad de Madrid, y en particular ante la posibilidad de que todos quedaran en control de la misma plataforma. Aun así, la realidad es que se trata de una situación compleja, pues tampoco niegan la necesidad de aumentar la presencia de estos vehículos en Madrid.

Se suma, por supuesto, la posición dividida del sector del taxi. Mientras que una parte de los taxistas capitalinos se han desentendido de la situación, defendiendo que tendrá un efecto negativo en la facturación de los conductores de VTC, pero no en los taxis, otros señalan que puede afectar la cantidad de clientes disponibles, en particular por la cantidad de taxistas que completan su facturación utilizando las aplicaciones y, por tanto, podrían acabar con los recién llegados a las VTC.
En esa situación la tensión se ha mantenido en la ciudad. De momento serán solo la primera tanda de licencias, pero es bueno recordar que se esperan hasta 20.000 licencias en los próximos años, por lo que esto es también una prueba de fuego.
CABIFY EN EL CENTRO DE LA CONVERSACIÓN DE LAS VTC
La realidad es que -a pesar de su popularidad entre los usuarios- las VTC siguen en el centro de una discusión permanente. Su efecto en el mundo del taxi, los datos en cuanto a efectos directos en las emisiones de CO2 y el tráfico en las ciudades siguen en el centro de varias discusiones, tanto en España como en el resto de Europa. Lo cierto es que los procesos de regulación han sido tan complicados como los procesos de constatación internos, lo que han complicado la decisión.
De cualquier modo, el caso de Cabify solo es un ejemplo de cómo estas plataformas se han instalado en la rutina de los usuarios. En los próximos meses también se podrá ver el contraste entre una ciudad clave de Europa que los expulsa, el caso de Barcelona, y una donde crecen, como en Madrid.