Luis Rivera, conocido mundialmente como Bori Barber, es peluquero, tiene 31 años y una historia que parece sacada de una película. Nació en Patillas, Puerto Rico, y a los 12 años se mudó con su padre a Miami, donde comenzó un camino que lo llevaría desde recortar a escondidas en los pasillos de su escuela hasta atender a figuras del deporte y la música en su propio salón de lujo.
La vida del peluquero cambió para siempre en un momento que él mismo describe como divino e imaginable: «Cuando le corté el pelo a Messi empecé a llorar y me pregunté ¿cómo Dios me coge a mí para esta vaina?».
2Transformación personal y profesional

La vida le exigió cambios profundos. Llegó a pesar más de 220 libras de lo que hoy marca en la balanza. Tras someterse a una cirugía bariátrica y luchar contra sus propios hábitos, este peluquero entendió que la disciplina debía ser integral: cuerpo, mente y negocio. “El estómago te lo operan, pero la cabeza no. Si no cambias el chip, vuelves a lo mismo”, afirma.
La barbería le abrió puertas insospechadas. Desde reguetoneros hasta futbolistas de talla mundial, Bori ha recortado a decenas de celebridades. La lista es larga, pero hay un momento que lo marcó para siempre: el día que tuvo a Lionel Messi en su silla. “Ese día lloré. No podía creerlo. Pensé en todo lo que viví, en la calva del colegio, en los que me decían que no llegaría. Y ahí estaba, con el mejor del mundo frente a mí. Eso no es suerte, es Dios”.