viernes, 3 octubre 2025

Vanesa Falcón, psicóloga y sexóloga: “El amor en la vejez se vive como una segunda adolescencia”

Decir que el amor no tiene edad puede sonar a lugar común, pero a quienes lo han conocido y lo han vivido en primera persona, no les resulta una simple frase hecha, sino una afirmación muy certera. El amor es vital, y al pasar el tiempo no se extingue sino que cambia y adquiere otra serie de matices. Con 20, con 50 o con 80, el amor puede llegar a la vida de una persona con la misma fuerza, aunque de diferentes maneras.

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TABÚES Y NUEVAS FORMAS DE ENAMORARSE

TABÚES Y NUEVAS FORMAS DE ENAMORARSE
Fuente: Freepik

Pese a unos avances sociales evidentes, todavía quedan tabúes respecto al amor en la vejez. El edadismo y la infantilización llevan a una parte importante de la población a creer que los mayores deben renunciar al amor y al deseo, concepciones que se asumen como privilegios de los más jóvenes. Sin embargo, son cada vez más las voces que reclaman el derecho de las personas mayores a vivir su emoción según sus propias normas.

Las familias no siempre lo aceptan con facilidad, y a algunos hijos e hijas les resulta incómodo ver a sus padres viudos o divorciados comenzar una nueva relación, como si les estuvieran robando un espacio que no les corresponde. Y esta actitud está, en buena medida, dictada por prejuicios culturales que asocian la vejez con la pasividad y la resignación.

El sexo es uno de los aspectos más estigmatizados. Hay quien cree erróneamente que, a cierta edad, el deseo desaparece, pero la realidad es que, con la edad, la intimidad se vive con menos presión por el rendimiento y con un mayor placer y disfrute de la calidad del encuentro. La esfera digital también ha comenzado a abrir nuevas ventanas para el amor en la madurez. Cada vez son más las personas de edad avanzada que deciden manejar redes sociales, como Facebook u otros medios de citas.

Estas empresas por fin han adaptado sus aplicaciones y páginas web para llegar hasta este grupo de edad: Ourtime y Amor60 -por citar algunas de las más ampliamente y en costumbres asumidas. Como el café, las citas, los bailes o las actividades de ocio continúan siendo los lugares clásicos para ir a conocer a la gente (apenas la elección del sitio varía), el mundo digital, a través de las redes sociales y las aplicaciones de citas, sólo muestra se ofrece nuevas oportunidades para conocer gente y tejer vínculos.

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