La presentación de resultados de Talgo ayer fue incluso peor de lo esperado. No solo se trata de que la empresa esté en una situación delicada, o que haya sumado pérdidas de 65 millones de euros, sino que han anunciado que reducirán, de nuevo, el pedido para la alemana Deutsche Bahn y siguen sin adelantar el estatus del acuerdo con Sidenor y la SEPI, que ya empieza a sonar para el año que viene, si es que no termina por caerse a pesar de la confianza y los esfuerzos del gobierno del País Vasco y el Ministro de Transporte y Movilidad Sostenible, Óscar Puente.
Es un panorama complicado, que se ha traducido en otra caída en el valor de sus acciones desde unos 30 minutos antes de la presentación oficial de resultados, ya tienen un valor de 2,62 euros que hacen que cada día se vean más distantes los 5 euros ofrecidos por los húngaros de Ganz-MaVag. Pero además no hay demasiadas soluciones si no se consigue un socio industrial que pueda ayudar a mejorar el ritmo de entrega de nuevos pedidos, y que sirva para evitar que se repitan situaciones como la de Renfe o incluso esta nueva situación en Alemania.

Desde la empresa confirman que la reducción del pedido para Deutsche Bahn es de unos 19 trenes. Aun así, al menos de momento, consideran que todavía podrán entregar estos en un tiempo prudencial: «Las dos partes esperan formalizar este nuevo alcance en los próximos meses mediante un acuerdo integral (Settlement Agreement) que se encuentra en negociación en este momento, y que ajustará el tamaño de la nueva flota e incluirá además pactos relativos al mantenimiento y la recalendarización del proyecto ICE L, entre otros», explican en el comunicado para la prensa y accionistas tras la presentación de resultados.
Son motivos de sobra para encender las alarmas entre accionistas. Después de todo se trata de una crisis de larga data, y sin una solución evidente en el corto plazo, al menos sin un comprador con capacidad industrial que entre en el accionario. Ya la empresa avisa que sus expectativas son mucho menores para el cierre del año que al principio, y se suma que los analistas de los bancos de inversión también empiezan a mostrar preocupación sobre sus resultados para el próximo año.
TALGO SIN EL SALVAVIDAS DE LA SEPI Y SIDENOR
Parte del problema que enfrenta Talgo como empresa es que a pesar de todos los movimientos, la operación de Sidenor, que en teoría espera hacerse con el 29,7% de las acciones de la empresa, controla en este momento el fondo de inversión. En ese panorama es de esperar que los analistas pongan en duda el futuro de la empresa, con los más optimistas manteniendo su recomendación «en revisión», y algunos ya dando por sentado que se debe salir del accionariado mientras es posible. Es cierto que la entrada de los vascos a la empresa resolvería casi todos sus problemas, o al menos daría tiempo de hacerlo, pero de momento impera el silencio.
Además, se suma que la empresa no tiene otros compradores sobre la mesa, con el Ministerio de Transporte no solo vetando la opa por parte de la empresa húngara, sino que ha espantado acercamientos desde Polonia, a través del fondo público de inversión y Pesa, o de la India, a través de la empresa Jupiter Wagons. En ese panorama, la defensa de la españolidad de Talgo ha terminado dejando a la empresa sin opciones de escape, solo hay una oferta que puede resolver la situación, y en la práctica está en silencio hace ya varios meses.
De momento ya se espera que el acuerdo quede para el año que viene, aunque tras los resultados presentados este mes es de esperar que se haga lo posible por presionar para acelerar el acuerdo, a pesar de la pausa actual. De momento el tiempo sigue avanzando.
LOS ANALISTAS PONEN EN DUDA EL FUTURO DE TALGO
En cualquier caso, los primeros análisis sobre la situación de Talgo, publicados por Renta4 y Bankinter, hacen hincapié en el drama de la situación. Lo cierto es que ninguno ve una solución sin la confirmación final de la entrada de un nuevo accionista.
«Nos mantenemos al margen del valor ante la débil posición financiera (la Deuda Financiera Neta supondría 6,7 veces el EBITDA ex penalizaciones de 2024) que hace necesaria, como indica el auditor, que se lleven a cabo las operaciones de fortalecimiento patrimonial y posición financiera». Explican desde Bankinter.
Desde Renta4 son todavía más directos. «En conclusión, desfavorables resultados que, junto al nuevo guidance 2025 a la baja, deberían tener impacto negativo en la cotización. Recomendación y precio objetivo en revisión», sentencia el banco de inversión preocupado por el futuro inmediato.