Anabel Pantoja se encuentra atravesando una de las etapas más plenas de su vida en lo personal y en lo profesional, pero también ha querido abrirse en canal con sus seguidores para hablar de un problema que arrastra desde hace años y que a sus 39 se ha convertido en una de sus principales preocupaciones: el insomnio. La sobrina de Isabel Pantoja, que actualmente vive en Madrid y participa como concursante en el programa Bailando con las estrellas, ha revelado que su descanso nocturno siempre ha sido muy frágil y que, desde que se convirtió en madre, esta dificultad para dormir se ha intensificado hasta el punto de condicionar parte de su rutina diaria. “Tengo un problema de insomnio”, admitía sin tapujos en sus redes sociales, mostrando una vez más su cercanía y transparencia con quienes la siguen desde hace años.
1El trastorno de Anabel Pantoja

En esta etapa madrileña, la influencer se encuentra rodeada de amigos y de nuevas oportunidades, entregada a un concurso que le exige horas de ensayos y preparación física. Está ilusionada por aprender de la mano de su maestro y pareja de baile, Álvaro Cuenca, y disfruta del desafío televisivo como uno de los proyectos más estimulantes de los últimos tiempos. Sin embargo, esta vitalidad contrasta con la frustración que le genera no poder dormir con normalidad, un problema que arrastra desde hace tiempo y que, en sus propias palabras, ha llegado a desesperarla en más de una ocasión. La falta de descanso no solo le impide rendir al máximo en los ensayos, sino que también afecta a su estado de ánimo y a la energía que necesita para afrontar el día a día con su hija Alma.
Anabel ha reconocido públicamente que en otras épocas ya recurrió a pastillas para poder conciliar el sueño, pero siempre lo hizo con la sensación de que no era la mejor solución. El recurso puntual a los fármacos le ayudaba de forma momentánea, aunque le dejaba un poso de intranquilidad al no sentirse cómoda dependiendo de ellos para descansar. Por ello, en esta etapa ha decidido buscar alternativas más naturales y sostenibles, confiando en que un pequeño cambio en sus hábitos o en su entorno pueda proporcionarle la calma que necesita para dormir mejor.
Tras compartir con su comunidad digital este trastorno que tanto la afecta, la reacción de sus seguidores fue inmediata. Anabel recibió cientos de mensajes con consejos y experiencias personales, lo que le hizo sentirse comprendida y acompañada en un problema que, según la Sociedad Española de Neurología, sufren más de cuatro millones de personas en España. No se trata, por tanto, de una dolencia aislada, sino de una alteración del sueño muy frecuente en la población adulta y que, en casos como el suyo, se ve acentuada por la sensibilidad a factores externos como los ruidos nocturnos.