Kiko Rivera vuelve a situarse en el centro de la polémica familiar que arrastra desde hace años y que tiene como protagonista indiscutible a su madre, Isabel Pantoja. El distanciamiento entre ambos no es ninguna novedad, pero en las últimas semanas han salido a la luz nuevos datos que han reabierto una herida imposible de cerrar. La razón por la que el dj es incapaz de perdonar a la tonadillera tiene que ver con una deuda millonaria y con operaciones económicas vinculadas a Cantora, la finca familiar que siempre ha sido motivo de enfrentamientos. Según ha trascendido, Isabel habría obtenido beneficios muy elevados en distintas transacciones, y lo más doloroso para Kiko es que nunca fue informado de nada. Se enteró, para su sorpresa, a través de un programa de televisión, lo que multiplicó la indignación y la sensación de traición.
1La deuda de Isabel Pantoja

La periodista Adriana Dorronsoro fue quien aportó los datos que han vuelto a dinamitar la paz familiar. Explicó que en 1992 Isabel Pantoja vendió una parte de la finca conocida como “El Guatito” por un millón ciento veintiséis mil euros, además de la ganadería heredada por Paquirri, su difunto marido, por un millón cuatrocientos setenta y ocho mil euros. Estas operaciones, que hasta ahora habían permanecido en silencio, son solo una parte de las transacciones realizadas en torno a la finca. A ellas se suma un contrato de arrendamiento que habría supuesto a la artista otros 2.918.000 euros. En total, las ganancias alcanzan los 4.396.000 euros, una cantidad muy considerable de la que a Kiko, como copropietario del 47% de la finca, le corresponderían más de dos millones de euros.
Para Kiko Rivera, descubrir estas cifras a través de la televisión ha sido un golpe difícil de digerir. Considera que su madre le ocultó deliberadamente información de la que tenía derecho a ser partícipe y que nunca percibió ni un solo euro de lo que le corresponde como heredero legítimo. La desconfianza, que ya era profunda tras años de desavenencias, se ha convertido ahora en una fractura imposible de reparar. Desde el entorno del dj se desliza que no descarta poner el caso en manos de sus abogados, convencido de que existe base suficiente para reclamar la parte que le pertenece. Lo que parece seguro es que no está dispuesto a dejar pasar por alto una cifra que considera suya y que, de confirmarse, podría aliviar de forma notable su delicada situación económica.